Molusco supera test de habilidades de autocontrol aplicado en niños

Molusco supera test de habilidades de autocontrol aplicado en niños

Científicos llevaron a cabo en moluscos marinos un experimento que sirve para medir las capacidades de los niños y los resultados fueron fascinantes, ya que comprobaron que una sepia puede aguantar hasta 130 segundos antes de comer una “golosina” si sabe que su paciencia será gratificada, según un artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B.

 

Para establecer el grado de inteligencia de estos animales, científicos aplicaron un test de gratificación retrasada que fue desarrollado en el siglo XX en la Universidad de Stanford, Estados Unidos, inicialmente para medir las capacidades de los niños, el cual fue llamado: “Prueba del malvavisco de Stanford”.

 

El test establece que el niño sea recompensado con una segunda golosina si resiste durante varios minutos sin comerse un primer malvavisco que es puesto frente a él. Este dulce puede ser otra golosina o fruta que sea atractiva para el sujeto de estudio. Si la prueba es aplicada a un animal, se debe ofrecer alguna comida que resulte de su interés.

 

De acuerdo con el equipo científico que llevó a cabo el experimento, para probar el autocontrol en las sepias se les planteó "una tarea de gratificación atrasada que mide la capacidad de un individuo para renunciar a la gratificación inmediata y aguantar para obtener una recompensa mejor, pero con retraso".

 

Para ello se ejecutó un entrenamiento previo de estos moluscos cefalópodos a fin de que asociaran ciertas señales visuales con una recompensa alimentaria. Las sepias que esperaron más tiempo antes de comer la “golosina” también mostraron un mejor rendimiento cognitivo en este aprendizaje.

 

Al respecto, la bióloga británica Alexandra Schnell, coautora del estudio, refirió que esta es la primera vez que se ha encontrado un vínculo entre el autocontrol y la inteligencia en un animal distinto a los humanos y los chimpancés, y es "comparable a lo que hemos visto en vertebrados de cerebro grande como chimpancés, cuervos y loros”.

 

En humanos, este comportamiento ante la gratificación retrasada responde a la confección de herramientas para conseguir la comida deseada y los lazos sociales entre los individuos, como saber aguantar para que la pareja pueda comer primero. Sin embargo, la sepia no es una especie social y no construye herramientas, por lo que los autores piensan que esta habilidad pudo desarrollarse porque necesitan camuflarse para sobrevivir.

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