La disminución del conteo de espermatozoides en la población masculina y los cambios en el desarrollo sexual ponen en riesgo la supervivencia de la humanidad, advierte una destacada epidemióloga.
En su nuevo libro, Shanna Swan, epidemióloga ambiental y reproductiva de la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sinaí (EEUU), afirma que la inminente crisis de fertilidad representa una amenaza global comparable a la de la crisis climática.
"El estado actual de los asuntos reproductivos no puede continuar así por mucho más tiempo sin amenazar la supervivencia humana", escribe la especialista en su obra 'Count Down', citada por The Guardian.
En un estudio de 2017, en el que fue coautora, Swan descubrió que el conteo de espermatozoides entre los hombres en Occidente se había desplomado en un 59% entre 1973 y 2011. Según las proyecciones actuales, el conteo promedio de espermatozoides llegará a cero en 2045, alerta la epidemióloga.
En su nuevo libro, Swan y la coautora Stacey Colino hablan acerca de cómo la vida moderna está amenazando el conteo de espermatozoides, cambiando el desarrollo reproductivo masculino y femenino y poniendo en peligro la existencia de los humanos.
Si bien existen factores sociales, como los cambios culturales y el alto costo de tener hijos, que no contribuyen para el escenario de fecundidad actual, Swan advierte que también hay razones biológicas detrás de ello, incluido el aumento de las tasas de aborto espontáneo, de anomalías genitales entre los niños y una pubertad más temprana para las niñas.
"Los productos químicos en nuestro medioambiente y las prácticas de estilo de vida poco saludables en nuestro mundo moderno están alterando nuestro equilibrio hormonal, causando varios grados de estragos reproductivos", escribe la especialista.
Swan culpa a "sustancias químicas en todas partes", las cuales afectan a los sistemas endocrinos de los humanos. La especialista también dijo que factores como el tabaquismo, el consumo de marihuana y el aumento de las tasas de obesidad a nivel global pueden contribuir para la baja fecundidad.
El problema es tan grave que, según Swan, los humanos podrían convertirse en una especie en peligro de extinción.
Entre 1964 y 2018, la tasa global de fecundidad se redujo de 5,06 nacimientos por mujer a 2,4. A día de hoy, cerca la mitad de las naciones del planeta tienen tasas de fecundidad por debajo de 2,1, la fecundidad de reemplazo. Es decir, la fecundidad mínima necesaria para que una población sea capaz de mantenerse sin disminuir a lo largo del tiempo.