Millones de cubrebocas fueron falsificados y distribuidos a personal sanitario y ciudadanos estadounidenses en seis estados de la unión americana sin que la empresa 3M, productora de estos artículos, se diera cuenta, de acuerdo con un artículo de NBC News.
Según la principal empresa productora de las mascarillas N95, ha incautado hasta 10 millones de falsificaciones desde el inicio de la pandemia; asimismo, hizo más de 10,500 consultas sobre la autenticidad de su producto.
De esta manera, personal de enfermería del Jersey Shore University Medical Center de Neptune, en Nueva Jersey, dijo sospechar desde noviembre que las mascarillas 3M eran falsas, pues llegaban deformes y con un extraño olor.
Al respecto, la empresa emitió un comunicado el 20 de enero en el que afirmó que en los últimos meses había incautado miles de mascarillas falsas que habían sido "vendidas u ofrecidas a agencias gubernamentales" en seis estados diferentes.
En este sentido, Chris Lavanchy, director de ingeniería de ECRI, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a los proveedores de atención sanitaria a evaluar la calidad de la tecnología médica, admitió que tras llevar a cabo una investigación en los cubrebocas se había comprobado que los niveles de filtración eran altos, pero existía una resistencia a la respiración mayor de la esperada, y concluyó que puede fatigar a la persona que lleva la mascarilla y hace que se la retire para respirar.
Por su parte, la portavoz de 3M, Jennifer Ehrlich, dijo que una característica de las mascarillas N95 es su ajuste. "Sin un sellado y un ajuste adecuados, las mascarillas no filtran bien; los huecos podrían permitir la entrada de aire", según un artículo de la NBC.
Aunado a ello, Michael Rose, jefe de sección en la división de comercio global de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, informó que en estos últimos meses han observado una gran importación de cubrebocas 3M falsas procedentes de China.
La falsificación de cubrebocas es un tema serio, ya que de acuerdo con un proyecto entre Kaiser Health News y The Guardian reveló que más de 3,400 trabajadores sanitarios de primera línea han muerto en Estados Unidos durante la pandemia por la inadecuación de los equipos de protección.
Sin embargo, aún es difícil evaluar el daño exacto por usar un dispositivo de calidad inferior o de imitación.
