Al menos 15 empleados de las Naciones Unidas o asociados –12 cascos azules y tres civiles– murieron como resultado de ataques en 2020 mientras cumplían su deber, según el Sindicato del Personal de la ONU.
En 2019 hubo 28 muertos en ataques; en 2018, 34; y en 2017, 71.
Estos asesinatos elevan a 440 el número de empleados de las Naciones Unidas y personal asociado que murieron en los últimos 11 años como resultado de incidentes con el uso de artefactos explosivos, cohetes, armas de artillería, fuego indirecto, minas terrestres, granadas, atentados suicidas, asesinatos selectivos y emboscadas armadas, señala el gremio en un comunicado emitido este lunes.
La Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (Minusma) fue una de las más afectadas por séptimo año consecutivo, con seis cascos azueles muertos en 2020. Por primera vez, el pasado año se registró un número igual de víctimas mortales (cinco cascos azules y un civil) en la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (Minusca).
"Llega un punto en el que tenemos que decir, 'basta ya'. No vemos otra opción sino seguir pidiendo a las Naciones Unidas y a los Estados miembros que mejoren las medidas de seguridad para proteger la vida de nuestros colegas, aumentando al mismo tiempo los recursos para nuestro personal civil, militar y policial en la primera línea", manifestó la presidenta del sindicato, Patricia Nemeth.
