Un crimen consternó a los habitantes de Lancaster, Los Ángeles, al darse a conocer que un entrenador personal decapitó a sus dos hijos mientras los otros dos fueron obligados a observar la escena.
De acuerdo con la Fiscalía de Los Ángeles, el pasado 4 de diciembre la unidad de Bomberos recibió una llamada de uno de los clientes del entrenador para alertar sobre una presunta fuga de gas en el domicilio de Maurice Jewels Taylor, por lo que decidieron acudir al hogar para cerciorarse de que los miembros de la familia estuvieran a salvo.
Al llegar a la casa, los bomberos descubrieron los cuerpos de dos menores de 12 y 13 años decapitados, los cuales también tenían rastros de laceraciones y heridas de arma blanca, mientras que los otros dos hermanos parecían alterados, pero sin daños físicos.
Por lo anterior, Taylor y su pareja fueron detenidos y llevados a las autoridades para que declararan sobre la situación; la mujer quedó en libertad, mientras que el hombre permanece arrestado como principal sospechoso del asesinato, en espera de la audiencia que se hará el próximo 21 de diciembre para definir su situación legal.
Clientes del entrenador personal describieron al hombre como alguien “agradable, diligente y trabajador”, descartando que tuviera arranques de ira o que fuera capaz de matar a sus hijos.
