“Centella de Oro”, el luchador poblano que quería ser estrella de televisión

“Centella de Oro”, el luchador poblano que quería ser estrella de televisión

Luis Madrid Polanca, mejor conocido como Centella de Oro, tiene más de 40 años de su vida dedicándose a la lucha libre y a ser un entrenador personalizado de fitness, aunque antes de conocer el deporte de los costalazos, su sueño era convertirse en una estrella de televisión.

 

El propio maestro de pancracio en la Angelópolis relata que desde la adolescencia, la halterofilia formó parte de su día a día, convirtiéndola en un estilo de vida que hasta la fecha sigue llevando, mientras que su faceta como entrenador es el complemento de su carrera, pues su objetivo es llevar a hombres y mujeres por un buen camino que ofrece el hacer ejercicio.

 

El contraste es drástico cuando Centella de Oro afirma que de no dedicarse a la lucha libre hubiese querido ser actor, ya que siempre fue de su interés y llegó a participar en comerciales de televisión gracias a Gerardo Macfarland, exjugador del Puebla y actual coaching al que siempre le guardará un profundo agradecimiento por permitirle cumplir su sueño.

 

Si bien su nombre es respetado en el ámbito luchístico en Puebla, estuvo cerca de encarnar un personaje totalmente diferente en los enlonados, ya que su padre era conocido como “Chico Madrid”, y si bien tuvo la oportunidad de continuar con la dinastía no lo quiso portar y prefirió empezar como “Código”, mote que desde su perspectiva era sinónimo de “norma o ley”, parámetros que siempre trató de imponer arriba del cuadrilátero.

 

Sin embargo, el nombre no le duró mucho, pues luego de tres peleas pasó a ser “Centella de Oro” gracias a que “Saeta Negra”, otro veterano de mil batallas, lo invitó a formar parte del grupo de “los Centella de Oro”, siendo Luis Madrid el tercero en tener este nombre, trabajando con esta tercia hasta que “Centella de Oro 2” y “Saeta Negra” se retiraron, y se quedó con el personaje.

 

Tras perder su máscara en una lucha de apuesta con “Tarahumara”, también destacado gladiador de la ciudad, tuvo aceptación del público con el rostro destapado a tal grado de que “Shocker” lo llamó a unirse a “la Universidad de los Guapos”, grupo que tuvo resonancia durante la primera década del actual siglo en el Consejo Mundial de Lucha Libre."

 

Y como “Guapo”, las cosas fueron diferentes para el poblano, pues su vida giraba en torno a luchadores de un prestigio inimaginable, compartiendo ring en entrenamientos con figuras como “Último Guerrero”, “Tony Salazar" y “Talismán”, por mencionar algunos, pero no le duró mucho ese gusto ya que algunos problemas lo hicieron regresar a Puebla y nunca más volvió a la Arena México.

 

“Los luchadores pasaron a ser personas tras la pandemia”, son palabras que Centella de Oro usa para describir la actualidad de estos héroes del ring que la ausencia de trabajo los ha obligado a hacer a un lado su personaje y salir a ganarse la vida como cualquier otro ciudadano.

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