La sentencia de 120 años de prisión para Keith Raniere, fundador y capo de la secta estadunidense NXIVM, presentada como de “superación personal” pero en realidad de explotación sexual incluidas adolescentes, por sus ramificaciones en México a través de los júniores de cuatro expresidentes mexicanos y empresarios como el dueño del periódico Reforma, es un alarmante caso judicial que pasó de noche en México para los medios de comunicación, particularmente de los que más se envuelven en la instrumentalizada bandera de la libertad de expresión para resistir al gobierno del presidente Andrés Manuel y presionarlo para que las jugosas concesiones mercantiles y la pauta publicitaria vuelvan al estado de cosas que predominaba hace 23 meses.
La sentencia contra el sexópata Renier, quien se presentaba como “gurú del conocimiento”, fue dictada el martes 27 por un juez de la Ciudad de Nueva York, tras ser detenido en una lujosa villa de Puerto Vallarta, Jalisco, en marzo de 2018 y concedida la extradición a las autoridades estadunidenses, para ser declarado culpable por un jurado neoyorquino en junio de 2019 por los delitos de tráfico sexual, extorsión, delincuencia organizada, amenazas y abuso de menores.
El corporativo delincuencial NXIVM (se pronuncia nexium) se encontraba establecida en Albany, la capital del estado de Nueva York, y tenía centros en ciudades de Estados Unidos, México, Canadá y otros países.
La membresía del grupo criminal que, insisto, se presentaba como de “superación personal”, era sumamente distinguida, entre los miembros figuraron millonarios y actrices de Hollywood.
En total ocho mexicanos fueron señalados de ser integrantes de la secta e incluso que pertenecieron al círculo cercano a Raniere, pero ninguno es buscado por la justicia de Estados Unidos y mucho menos la de México. Algunos de ellos son, de acuerdo con New York Times, diario que investigó a fondo el tema: Carlos Emiliano y Cecilia Salinas Ocelli, hijos de Carlos Salinas de Gortari. Ana Cristina Fox, hija de Vicente Fox Quesada, negó formar parte de NXIVM después de que NYT la incluyó entre los mexicanos pertenecientes. Y Rosa Laura Junco, hija de Alejandro Junco de la Vega, dueño de Reforma, periódico que guardó sepulcral silencio: https://www.jornada.com.mx/2020/10/29/cartones/2
También Federico de la Madrid, hijo de Miguel de la Madrid Hurtado. Y Alejandra González Anaya, hermana del extitular de Hacienda y del Instituto Mexicano del Seguro Social durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, así como las empresarias Loreta y Carola Garza. Con tan distinguidos nombres es comprensible pero injustificable que la Fiscalía General de la República, encabezada por el valioso Alejandro Gertz Manero, al parecer no tenga en curso carpetas de investigación sobre los presuntos seguidores y hasta aliados en el caso de Emiliano Salinas, del sexagenario “gurú” Keith Raniere, quien saldría de prisión cuando cumpliera 180 años de edad, sentencia sumamente merecida pero sin duda absurda. Suponía que sólo en México dictaban penas tan incumplibles que más bien parecen venganza más que justicia.
El hecho es que deslindes personales oportunos aparte, incluso por la vía del Twitter, los mexicanos presuntamente involucrados en la secta encabezada por un criminal convicto y confeso, es preciso que la PGR los investigue para clarificar responsabilidades y despejar las múltiples dudas que existen sobre la impunidad mexicana por el vigoroso influyentismo, simplemente por ser hijo o hija de papi.