No cabe duda de que nadie sabe para quién trabaja… o en este caso es que nadie sabe a quién contrata. El nefasto (no hay otra palabra para esta fuga de dinero) Partido Encuentro Solidario es un ejemplo de todo lo podrido que tiene la política en México.
Y es que luego de revivir tras perder el registro en 2018 bajo el nombre de Encuentro Social, este ente sin oficio ni beneficio se ha empeñado en dar cabida a personajes que tienen un historial que bien podría ser objeto de investigaciones a fondo.
Quien escribe esta columna soltó una sonora risa -acompañada de incredulidad y un dejo de náuseas- al enterarse quién es el nuevo dirigente estatal de Encuentro Social, pues este personaje carga a cuestas ser parte de la época más oscura y ruin del PRI.
Me refiero a Francisco Ramos Montaño, “Paco” para los “cuates”, que se reían forzadamente de sus chistes malos y ocurrencias desde que fue director del Instituto Poblano de la Juventud (IPJ)
Ramos Montaño es uno de los vástagos del “góber precioso” Mario Marín Torres. Su servilismo hacia el que fuera ocupante de Casa Aguayo rayaba en el ridículo, pues basta recordar cuando “Paquito” le mandó a pintar un mural a Marín Torres en el IPJ, donde se veía al exgobernador rodeado de niños.
¡Es como poner a Michael Jackson en propaganda de la UNICEF!
Con la caída del marinismo en Puebla, Ramos Montaño anduvo de acá para allá, siempre a la sombra de otros liderazgos priistas que terminaron desechándolo por su evidente falta de talento político.
Increíblemente, Fernando Manzanilla vio algo en él y lo reclutó en sus filas para ocupar algunos puestos que obviamente le quedaron grandes, lo que le valió ser lanzado a patadas del actual gobierno estatal.
Hoy, la mano de Manzanilla Prieto lo coloca como dirigente estatal de Encuentro Solidario, con el único objetivo de consumar un proyecto político en el que Ramos Montaño solo es un insignificante escalón.
Dirán misa los “amigos” de Ramos Montaño, pero el expriista no tiene los argumentos ni siquiera para dirigir los destinos de un partido tan gris como Encuentro Solidario.