El triunfo de Mario Delgado en la encuesta interna de Morena que lo lleva de facto a la presidencia de su partido es la última esperanza del partido marrón por consolidarse como fuerza política.
Ante las derrotas de Morena en Coahuila e Hidalgo quedó demostrada la ausencia de una estructura de voto operativa.
Es una obviedad señalar la preponderancia del PRI en tales estados, pero lo sorprendente es la ausencia de una estructura electoral de defensa del voto por parte del partido en el poder.
Morena, principalmente los más duros del partido, solo saben de recorridos, del brigadeo, pero no del de tipo electoral sino el de activistas.
Recorren calles sin consolidar ejércitos electorales o estructuras de promoción de votantes. Solo hay toques de puerta y breves presentaciones.
Mario Delgado, al menos en lo que ha dejado ver, pretende acabar con ese modelo de activistas y convertir al partido en una máquina de votaciones.
En Puebla puede consolidarse este experimento, pues justamente los simpatizantes de Mario Delgado son los que saben hacer estructuras de trabajo electoral: Gabriel Biestro y Alejandro Armenta Mier.
La llegada de Mario Delgado permitirá a ambos, bajo la observación del gobernador Miguel Barbosa, construir un proyecto electoral verdadero, lejos de ese brigadeo poco útil a la hora de votar.
Claro que el problema no es brigadear, eso puede y debe hacerse por parte de cada político que busque el voto, el problema es la ausencia de un discurso consciente y una narrativa comunicacional.
Los puros de Morena, encabezados por Alfonso Ramírez Cuéllar, creyeron que de eso se trataba ser partido político en el poder: salir a las calles y caminar sin metodología.
Al parecer Mario Delgado está abierto a escuchar a los expertos para poder construir mayoría parlamentaria.
Tanto él como Marcelo Ebrad, con quien está en alianza, saben que de 2021 se pueden construir todos los escenarios posibles. Una derrota les desarrollaría del proyecto.
Por eso el interés electoral en 2021.
En Puebla, con la llegada de Delgado, Biestro avanza otro paso -cada vez más firme- hacia la candidatura a la presidencia municipal de Puebla capital.
Lo interesante será ver qué reacción toma el nuevo presidente del partido con la alcaldesa Claudia Rivera.
Él ofreció construir un partido unido, ¿será su primera misión en Puebla lograr que las rivalidades entre la capital y el estado terminen?
Se antoja complicado el escenario, pero el gobernador, el diputado Biestro, Erick Cotoñeto y el resto de operadores barbosistas ganan con el triunfo de Delgado.
Ahora, si quieren ganar, que no les coman los tiempos.
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