El desinforme de Burriaga

El desinforme de Burriaga

San Peter Cholollan nos recibió con las puertas abiertas para presenciar el desinforme del alcalde Güicho Beto Burriaga, quien dio la nota con su rendición de cuentas.

 

Aquí la historia:

 

Burriaga: Ya es bien tarde y este burro que me tenía que redactar el desinforme no llega. ¿Dónde andará? ¿Por qué tarda tanto?

 

Chalán: ¡Ya llegué, jefecito! Aquí está su desinforme. A ver, chéquelo.

 

Burriaga: ¡Ora! Esta es una hoja en blanco.

 

Chalán: Pus sí, jefecito, no encontré nada qué informar.

 

Burriaga: ¡Cómo que no encontraste nada! ¿Y mis viajes a Francia?

 

Chalán: Eso no podemos decirlo, que no ve que se lo pagó con el sueldo de los policías.

 

Burriaga: Entonces, hay que hablar de las compras de lujosas bolsas que hicimos.

 

Chalán: Sí, jefecito, el problema es que esas bolsas fueron para su esposa y aún las debemos.

 

Burriaga: Informemos entonces que tengo el bigote más fino y bien cortado de toda la zona conurbada.

 

Chalán: ¡Híjole! Es que hoy su bigote parece “azotador” tirándole a “escobeta”.

 

Burriaga: ¡Todo lo tengo que resolver yo! ¡Qué tiempos aquellos cuando solo tenía que llegar a leer las noticias a la tele!

 

Chalán: Jefecito, le habla su esposa.

 

Esposa: Beto, “mailob”, necesito que me compres una camioneta nueva. La que me compraste la semana pasada ya tiene agua en el motor.

 

Burriaga: ¡Ora! Ni siquiera llovió tanto.

 

Esposa: No, es que se me fue a la alberca de la casa y… pues se mojó, “mailob”.

 

Burriaga: ¿Y de dónde saco para otra camioneta?

 

Esposa: Pues de donde siempre, “mailob”, del presupuesto del Ayuntamiento. ¿O qué, no me lo merezco?

 

Burriaga: Sí, chiquita, ahorita veo cómo le hago. ¿Ya vienes a mi desinforme?

 

Esposa: ¿A poco era hoy? Mira, voy de “chopin”, a cortarme el cabello, a pintarme las uñas y a contemplar cómo crece el pasto y si me sobra tiempo voy. ¿Va?

 

Burriaga: Sí, chiquita, aquí te espero.

 

Chalán: ¡Mandilón! Digo… ¡Jefecito! Ya valió. Ya hay un montón de gente afuera del Palacio Municipal.

 

Burriaga: ¡Claro, vienen a aplaudirme!

 

Chalán: No lo creo. Nomás escuche.

 

Multitud: ¡Que sí! ¡Que no! ¡Que salga el “bigotes de azotador”! ¡Burriaga, mandilón, te quiero en prisión!

 

Burriaga: ¡Por eso te dije que solo invitaras a 13 de mis mejores gatos!

 

Chalán: Pues eso hice, pero quién sabe cómo se enteró el pueblo.

 

Burriaga: ¡Mi esposa lo publicó en el Feis! Ya valió el informe, como valió mi carrera de lector de noticias. ¿Qué voy a hacer? ¡Me van a linchar!

 

Chalán: ¡Tengo una idea! Vamos a ponerle un disfraz para que escape.

 

Burriaga: ¡Buena idea!

 

Chalán: Listo, con esto nadie lo va a reconocer.

 

Burriaga: ¡Perfecto! ¡Ahí te quedas! Me cierras el changarro y le dices al cabildo que regreso como en un mes, les dices que tuve que salir de viaje.

 

Secretaría: ¡Chalán! ¿Qué hiciste?

 

Chalán: Disfracé al jefe para que escapara del pueblo.

 

Secretaría: ¡Pero lo disfrazaste de Mario Bros! Es como si le hubieras puesto luces neón y un anuncio con su nombre.

 

Chalán: ¡Ups! ¿Crees que lo reconozcan!

 

Multitud: ¡Allá va el “bigotes de azotador”! Es el que va disfrazado de Mario Bros. ¡Agárrenlo!