Son tiempos malos para las administraciones panistas pasadas.
La detención del general Salvador Cienfuegos no solo ha cimbrado a todo el sistema militar del país, sino a las cúpulas civiles: los políticos.
Este jueves el exsecretario de la Defensa Cienfuegos fue detenido en un aeropuerto de Estados Unidos.
La detención fue a petición de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos como parte de una investigación que podría hacer caer más cabezas de militares.
Lo importante de la detención, en el plano civil-político, es el involucramiento con el exgobernador Tony Gali.
En efecto, resulta que en la revisión que la administración estatal hace, aparecieron anomalías en el caso del uso de La Célula para la instalación de una fábrica de armas.
La industria militar fue inaugurada con bombo y platillo por Gali y Cienfuegos.
Incluso, el mandatario poblano le otorgó el galardón denominado “la clavis palafoxiana”.
La inversión en esta industria fue superior a los 1,300 millones de pesos.
Pero en la revisión de esta inversión se encontraron anomalías.
Anomalías que se suman a la presunta operación de recursos con facturas falsas, como ha advertido el gobernador.
“Se acreditó haber gastado, pero en realidad lo que hicieron fueron operaciones simuladas para acreditar y justificar y presentar un rostro de legalidad, presentaron facturas de las múltiples empresas factureras que había en Puebla y en el país”, declaró el gobernador Barbosa esta semana.
La detención de Cienfuegos a causa de las investigaciones que la DEA está haciendo a Genaro García Luna puede desembocar en nuevos delitos.
Si tomamos como válida la especie del gobierno, que hay anomalías del gobierno de Tony Gali en la instalación de la industria militar, podría ocurrir un nuevo escándalo de naturaleza política.
Como sea, son malas noticias para el PAN en Puebla, pues supuestamente Marko Cortés ya había convencido a Gali Fayad para hacerle candidato a diputado federal.
¿Se mantendrá la definición?