Científicos encuentran fuertes contaminantes en el fondo del océano

Científicos encuentran fuertes contaminantes en el fondo del océano

Foto: Unsplash

Un estudio dirigido por investigadores chinos ha demostrado que el metilmercurio, una potente toxina, fue hallado en muestras biológicas recogidas en la Fosa de las Marianas, la parte más profunda de los océanos del mundo, según informó la Academia de Ciencias de China (CAS, siglas en inglés).

  

Los investigadores del Instituto de Ciencia e Ingeniería de Aguas Profundas de la CAS, la Universidad de Tianjin y otras instituciones, utilizaron un módulo de aterrizaje en alta mar para recoger fauna y sedimentos superficiales de la Fosa de las Marianas y la Fosa de Yap.

 

Posteriormente midieron la composición de los isótopos de mercurio en las muestras para poder rastrear la fuente y trayectoria de la migración del metilmercurio.

  

Los resultados revelaron que el metilmercurio se acumulaba en las gambas que vivían en las fosas oceánicas. El mercurio acumulado en la fauna de las fosas oceánicas tuvo su origen en el metilmercurio producido en la franja superior de los océanos, que entró en la cadena alimenticia en las profundidades del mar a través de partículas hundidas.

  
El estudio fue publicado en la revista Nature Communications.

  

Previamente, un equipo de investigación dirigido por Peng Xiaotong, científico del instituto, había logrado avances en el estudio sobre la contaminación ambiental de las profundidades marinas. Estos estudios informaron sobre la distribución de microplásticos en la Fosa de las Marianas, mostrando que dichos microplásticos han contaminado la parte más profunda de los océanos del mundo. Asimismo, informaron sobre la distribución y el efecto acumulativo de los contaminantes orgánicos persistentes en el área.

  

Esos estudios demostraron que los contaminantes producidos por los seres humanos, incluidos los microplásticos y el metilmercurio, están mucho más difundidos en los océanos profundos de lo que se pensaba, por lo que suponen una amenaza para los frágiles ecosistemas de las profundidades marinas, explicó Peng.

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