30 años perdidos de México (I): Pobreza

30 años perdidos de México (I): Pobreza

Hoy se inaugura el “Congreso Nacional sobre Desigualdad Multidimensional y Políticas Públicas Diferenciadas” en la que participarán al menos 50 académicos de 17 instituciones públicas y privadas del país en diferentes mesas temáticas. El objetivo es presentar avances de investigación y ser un espacio inter y transdisciplinario para la construcción de los conceptos “desigualdad multidimensional” y “políticas públicas diferenciadas”.

 

Tradicionalmente la desigualdad se ha medido a partir del nivel de ingresos de los hogares mediante el coeficiente de Gini que toma valores entre 0 a 1, mientras más se acerca a 0 podemos decir que la población es menos desigual, en cambio valores cercanos a 1 nos indican un mayor nivel de desigualdad. El problema es que esta medición es limitada. Las condiciones de desigualdad implican también el acceso a educación, a salud, a alimentos, a cultura o deporte y no necesariamente estas carencias están relacionadas con el ingreso.

 

La desigualdad multidimensional intenta reflejar de forma integral estas diferencias. Por ejemplo, dos familias podrían tener un nivel de ingreso similar, pero si una de ellas no tiene acceso a servicios de salud su calidad de vida se empieza a degradar con respecto a la otra familia. Por tanto, medir sólo por ingresos nos oculta problemas que padecen las familias. De ahí la importancia de transitar de una medición unidimensional a una múltiple. Estas mediciones se empezaron a explorar en fenómenos como la pobreza, uno de los investigadores más reconocidos al respecto es Julio Boltvinik, quien impartirá una conferencia magistral en el referido congreso mañana viernes a las 18 horas.

 

En México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) ha intentado medir la pobreza desde un conjunto de carencias: la pobreza alimentaria (insuficiencia del ingreso para poder comprar una canasta básica) y la pobreza de patrimonio (insuficiencia del ingreso para efectuar gastos en salud, educación, vestido, vivienda y transporte), la primera forma sería equiparable a la pobreza extrema.

 

En sentido estricto esto no es una medición multidimensional porque se hace a partir del ingreso, sin embargo, es un primer acercamiento para comprender otras caras de la pobreza, lo que permitiría al gobierno enfocar acciones diferenciadas para atender necesidades diferentes. En la gráfica 1 se observa la evolución de la pobreza alimentaria y de patrimonio de 1992 a 2012 y las hemos hecho coincidir con la medición de pobreza y pobreza extrema de 2008 a 2018. De esa forma, vemos que en 1992 la población en pobreza era el 53.1%, para 2018 fue de 48.8%; una reducción de apenas 4.3% en 26 años. Por su parte, en el mismo periodo, la pobreza extrema pasó de 21.4 a 16.8%, que son 4.6 puntos menos.

 

Esto significa que un aumento del número de pobres en términos absolutos. En 1992 había 18.6 millones de mexicanos en pobreza extrema (alimentaria); en 2018 eran 21 millones. En el mismo periodo los mexicanos pobres pasaron de ser 46 millones a poco más de 61 millones.

 

Elaboración propia con datos de CONEVAL 1992-2018

 

La frialdad de los números nos hace olvidar que esas cifras representan vidas de seres humanos, para poder dimensionarlo es como si la población equivalente de 13 estados (Baja California Sur, Colima, Campeche, Quintana Roo, Nayarit, Aguascalientes, Tlaxcala, Zacatecas, Querétaro, Durango, Morelos, Yucatán y Tabasco) se quedará sin comer. Para dimensionar el total de mexicanos en pobreza deberíamos considerar la población total de 26 estados, ¡es una tragedia!

 

¿Qué pasó con todos los fondos presupuestales que se destinaron a combatir la pobreza? Esta evidencia demuestra que no fueron efectivos, por lo que bien podemos llamar a este periodo los 30 años perdidos de México. Una de las causas del fracaso la analiza David Harvey quien señala que la preocupación de las políticas públicas en el neoliberalismo nunca fue eliminar la pobreza, sino solamente contener la pobreza extrema, de esa forma se evita que las personas caigan en pauperización, no por humanidad, sino porque una persona pauperizada está fuera del mercado y por tanto no consume.

 

Lo anterior significa que los sexenios del neoliberalismo (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña) ejercían programas sociales que nunca tuvieron la intención de combatir la pobreza y esto debe ser analizado severamente pues constituye un delito de traición a la patria por el que deben ser juzgados y este delito no prescribe.

 

Otras causas del fracaso las encontramos en los altos niveles de corrupción que hicieron ineficientes muchos procesos, programas e instituciones completas. Se jugó con la vida de millones de mexicanos que fueron condenados a la miseria. Aun así, es increíble que haya personas que sigan defendiendo el régimen neoliberal.

 

La próxima semana en esta columna presentaremos la segunda parte de los 30 años perdidos de México con el fenómeno gemelo de la pobreza que es la desigualdad. Mientras tanto, los invitamos al congreso a seguir la discusión de estos temas de la mano de los expertos, hoy y mañana. La entrada es libre y podrán hacerlo a través de la página www.lasalle.mx/envivo. ¡Sólo conociendo podemos transformar la realidad!

 

*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

Twitter: @BandalaCarlos