La estrategia política es similar a un juego de ajedrez.
Las piezas se van colocando en posiciones que pueden no parecer importantes hasta que la jugada es ejecutada.
Entonces, el rival luce sorprendido porque ha perdido el juego sin darse cuenta. Nunca vio a la torre que le atacó a distancia o al alfil que le cerró el escape.
José Juan Espinosa Torres, futuro candidato del Partido Encuentro Social a la presidencia de Puebla capital, ha atacado desde sus redes sociales al gobernador Barbosa y se ha asumido como el vocero de la “verdadera Cuarta Transformación”.
Mientras el exalcalde de San Pedro opera en su estridencia, los partidos de la oposición comienzan a empujar a sus propios candidatos. Por ejemplo, en Movimiento Ciudadano la actividad se ha concentrado en impulsar al diputado Marcelo García Almaguer.
En el PAN, Genoveva Huerta no solo se ha destapado como candidata, sino que también ha operado mesiánicamente para que Alfonso Esparza aparezca como un potencial candidato a la alcaldía del PAN, como una opción ciudadana.
En el Movimiento de Regeneración Nacional, la polarización entre el gobierno estatal y municipal cada vez es más profunda. Está, evidentemente, siendo azuzada por alguien.
Y ese alguien es el que está jalando los hilos de todos los personajes mencionados en esta columna. Desde la cómoda sala de su casa, o en algún restaurante de la Angelópolis -como el Alfredo Di Roma-, Manzanilla está operando para consumar su venganza, la que siempre ha tenido contra el hombre que ocupa la titularidad del Poder Ejecutivo.
En la estrategia de Fernando la división es la base. De hecho, su principal objetivo es causar una división en el Partido Acción Nacional de la que pueda beneficiarse.
Si en el PAN hay rupturas, el las capitalizará para poder negociar nuevas candidaturas o espacios en los partidos satélites, principalmente Encuentro Social.
Lo que a él le interesa solamente es conseguir el 3 % de la votación para alcanzar una curul por la vía plurinominal, y si del PAN pueden salir esos votos, ¡mejor!
La oposición que enfrenta Genoveva Huerta al interior de su partido se debe a que ella acata cada orden del exsecretario de Gobernación como si este fuera su jefe.
A costa de los panistas, Huerta ha decidido seguir cada paso que le marca el diputado del PES.
Por eso panistas como Jesús Zaldívar, líder municipal del PAN, insisten en dejar en claro que Manzanilla no puede formar parte del PAN.
Pero no importa, Genoveva acata y aplica las decisiones del diputado a través de su dirigencia estatal.
En ese contexto, Acción Nacional llegará minado a las elecciones de 2021, pero Manzanilla será diputado plurinominal.
Lo curioso es que todo esto lo sabe Marko Cortés y no ha hecho mucho para remediarlo.
Mientras el exsecretario de Gobernación sigue en lo suyo: causar división.