México, uno de los cinco países más golpeados por la pandemia en el mundo, apuesta por obtener el próximo año una vacuna contra el COVID-19 apoyando sus propias investigaciones, como las que están en marcha en laboratorios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la carrera científica por la salud pública, al mismo tiempo dispone de fondos federales para asegurar otros productos biológicos de Alemania, China, EU, y Rusia, entre otros países.
"Esperamos en diciembre de este año dar las autorizaciones para la utilización de las vacunas más avanzadas", anunció esta semana el canciller Marcelo Ebrard al presentar un balance de las distintas iniciativas para la obtención de la vacuna contra el COVID-19.
Contrarreloj
El Gobierno anunció el jueves que podrá tener acceso a unos 32 millones de unidades de la vacuna rusa Sputnik V a partir de diciembre, una vez que concluyan los ensayos de la fase tres, última etapa de los protocolos internacionales de seguridad.
Por su parte, el laboratorio de biotecnología de la UNAM recibirá también fondos adicionales para acelerar el proyecto llamado IIB-Rp9, que pretende desarrollar una vacuna contra el COVID-19 basada en la inhibición de una de las proteínas utilizadas por el coronavirus para adherirse a las células humanas.
"Estamos utilizando una parte de la Proteína S, que es la que usa el virus para adherirse a la célula huésped", explicó a Sputnik la doctora Laura Sciutto, que integra el grupo de investigadores de la principal casa de estudios superiores del país.
La experta detalla que, si la hipótesis en la cual trabaja el equipo de la UNAM resulta correcta, la aplicación de una sustancia que bloquee esta proteína ayudaría además a generar una respuesta autoinmune robusta por parte de quienes reciban la vacuna.
"Esperamos concluir las pruebas preclínicas en animales antes de fin de año", agregó con optimismo la investigadora.
Si los científicos mexicanos avanzan satisfactoriamente en su cronograma, las pruebas en seres humanos se iniciarían a comienzos del próximo año.
Pero al llegar a esa etapa se haría imperativa la firma de nuevos acuerdos y la consecución de recursos más amplios, para garantizar resultados que sean validados por la comunidad científica internacional.
Los proyectos mexicanos que la cancillería inscribió en la Coalición para Innovaciones en Preparación ante Epidemias (CEPI, en inglés) son cuatro propuestas de vacunas mexicanas, cooperación que se elevará a seis productos biológicos nacionales en preparación contra el patógeno.
Recursos disponibles
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, informó por su parte al Congreso esta semana que México comenzó ya a realizar los pagos de anticipo de contratos con dos farmacéuticas y dos contratos adicionales directos con países para tener un acceso privilegiado a la vacuna.
"Esto nos permitirá asegurar la distribución de las vacuna durante el primer trimestre de 2021", señaló Herrera durante una intervención ante los legisladores.
Y en ese punto los investigadores mexicanos enfrentan una decisión del Gobierno de cancelar los llamados fideicomisos de propósitos específicos, una forma como tradicionalmente se financiaron en México las actividades científicas, culturales y artísticas.
Organizaciones de investigadores y científicos enviaron el miércoles una carta al Congreso pidiendo evitar que los fideicomisos destinados para la ciencia sean abolidos, como ha anunciado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Es inconcebible que padeciendo el mundo entero esta pandemia de COVID-19 y estando la sociedad mexicana tan afectada por ella se proponga eliminar los apoyos económicos que alientan la investigación científica", señala un manifiesto firmado por más de un centenar de académicos y directivos de instituciones científicas y educativas.
Por otra parte, el Poder Ejecutivo firmó el mecanismo internacional Covax, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que le abrió al país el acceso a nueve proyectos de vacunas contra el nuevo patógeno, que garantiza más de 50 millones de dosis para cubrir 20% de la población con dos aplicaciones por persona, informó el canciller Ebrard.
México tiene 126 millones de habitantes, muchos de los cuales podrían requerir varias dosis, dependiendo de la vacuna aplicada.
El jefe de la diplomacia detalló que los proyectos de investigación en fase tres que respalda Covax son: Novavax, Moderna y Merk/Themis, de EEUU; CureVac (Alemania); AstraZeneca (Reino Unido); Universidad de Hong Kong y CloverBioPharma (China); y la University of Queensland (Australia).
Además de este portafolio de productos biológicos, hay otras investigaciones de vacunas que está respaldando la Fundación Bill Gates, del magnate estadounidense de la tecnología, que también van a ser incluidos en Covax.
Otros proyectos bilaterales son, además de la rusa Sputnik V, Sanofi-Pasteur, de Francia, y ReiThera de Italia, según la cancillería.