En abril de este año, inició la jornada nacional de sana distancia que obligó a las empresas de actividades no esenciales cerrar de forma temporal, los bancos ofrecieron a sus clientes suspender los pagos de sus créditos hasta por cuatro meses sin cobrar intereses moratorios ni comisiones de cobros. En agosto y septiembre se venció el plazo y los deudores enfrentaron la realidad; no hubo intereses moratorios, pero sí ordinarios acumulados por el periodo de gracia y hay que empezar a pagar. ¿Cuáles son ahora las alternativas de ayuda?
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) junto con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) emitieron la semana pasada una serie de medidas regulatorias para que las instituciones financieras apoyaran a sus clientes deudores y puedan paulatinamente reanudar sus pagos suspendidos, entre las medidas anunciadas están: a) reducción del monto de pago de hasta 25%; b) aumento del periodo del crédito hasta en un 50%; c) rebaja en la tasa de interés y d) quita en el monto de capital adeudado. Medidas coherentes en medio de la peor crisis económica que ha afectado al mundo.
Pero poco duró el gusto. En esta semana, Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), indicó que las medidas no son obligatorias, serán opcionales para cada banco y las renegociaciones, de darse el caso, se realizarán de forma individual con cada cliente, en ningún caso habrá soluciones generales. También dejó en claro que hay medidas posibles como la reducción del monto de pago y en consecuencia la ampliación del periodo del crédito; pero también hay medidas inviables como la reducción de intereses y la quita de capital. En definitiva, la banca privada en México no está dispuesta a ceder un solo peso en beneficio de sus clientes.
El argumento de la ABM es que la banca debe mantener la solvencia y sacrificar las ganancias pone en riesgo la estabilidad del sistema financiero. Pero ¿en verdad está en riesgo la banca? La gráfica 1 muestra un comparativo de las tasas de crecimiento de las ganancias de la banca múltiple de enero a julio de 2018, 2019 y 2020. Se aprecia que el sector no ha tenido pérdidas por la crisis, si bien en el mes de marzo las ganancias cayeron de forma significativa tuvieron una recuperación en los meses subsecuentes, de modo que han tenido los mismos niveles que presentaron en años anteriores (sin crisis). En otras palabras, el sistema financiero no está pasando ninguna crisis.
Elaboración propia con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
Esta insensibilidad de los banqueros no es nueva ni sorprendente. Recordemos que la mayoría de las instituciones financieras que operan en el país tienen capital de origen extranjero y que las mayores ganancias que reportan a sus matrices son de países latinoamericanos, siendo nuestro país el mayor botín. Destacan los casos de los bancos españoles Santander y BBVA que mientras en el país ibérico reportaron pérdidas, de forma global obtuvieron ganancias por los increíbles rendimientos obtenidos en México.
Somos el país donde la banca cobra las mayores comisiones y a pesar de que el Banco de México ha reducido la tasa de interés a niveles históricos, la banca privada no ha seguido la tendencia, por lo que en estos momentos está obteniendo ganancias extraordinarias por el crecimiento del diferencial entre las tasas activas (las que cobran a sus deudores) y pasivas (las que pagan a sus ahorradores).
Cuando un grupo de legisladores de Morena propuso mayor regulación bancaria en beneficio de los mexicanos, saltaron los banqueros y los medios de comunicación masivos (los periodistas autonombrados “intelectuales”) para anunciar un desplome financiero, la caída de la moneda, el derrumbe de la confianza, la huida de capitales y la conversión de nuestro país en Venezuela del Norte. De esta forma, con la estrategia del miedo han detenido los intentos por frenar la voracidad de los bancos.
En estos momentos en que la crisis derivada de la pandemia nos golpea con fuerza nos damos cuenta de la ruina en la que nos dejó el neoliberalismo: sin un sistema financiero de protección, sin servicios de salud, sin salarios dignos, sin ingresos de cobertura universal que permitan un confinamiento efectivo y además con una banca usurera y mezquina como en los peores tiempos del porfiriato. Es urgente rescatar la banca de desarrollo, la banca popular, los sistemas solidarios de crédito o lo que un día Hugo Chávez llamó “la banca del sur” para hacer un contrapeso real a los capitales financieros que van sobre sangre y lodo acumulando de forma desmedida.
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos