En política, el dicho “caballo que alcanza, gana” es popular por su semejanza con la realidad. Apenas este miércoles por la tarde, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio a Yeidckol Polevnsky la oportunidad de buscar la presidencia de su partido, pues no concedió la razón a los alegatos esgrimidos en su contra.
En los dos años que van del Gobierno Federal, las instancias judiciales han demostrado su contacto directo con el titular del Poder Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador. El mejor ejemplo de esta pleitesía es la del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar.
Por ello, el hecho de que el tribunal electoral le permita a Yeidckol participar puede interpretarse como una aprobación del presidente. La candidatura de Polevnsky estaba en vilo por las denuncias que enfrentaba. Según el único querellante que logró ingresar su queja, la ex secretaria general de Morena incumplía el requisito marcado en el artículo 10 del estatuto vigente en 2015, que la obligaba a esperar tres años para poder aspirar a un cargo partidista del siguiente nivel.
Sin embargo, sostuvieron los magistrados del tribunal, hubo cambios en diciembre de 2018 que regularon la reelección consecutiva de cargos partidistas, “de tal manera que las personas electas para el periodo 2015-2019 pueden contender de manera consecutiva, sin esperar tres años, a un cargo distinto en un órgano del mismo nivel” y, con ello, desecharon la queja.
A este logro jurídico por parte de Yeidckol, se suma la acción política de los últimos días: el plan de la política es hacer un frente común contra "Los Puros” de Morena que implicaría la dimisión de Mario Delgado de la dirigencia a cambio de sostenerlo otro periodo como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política en la Cámara de Diputados.
Mas este pacto que pretende establecer Polevnsky parece intransitable. Delgado responde a los intereses del canciller Marcelo Ebrard, quien está apuntalando su candidatura a la presidencia de la república en 2024. Frente a él está el grupo de “los puros”, cuya cabeza es Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México y también aspirante a la Presidencia de la República.
El objetivo de Yeidckol Polevnsky es lograr una candidatura de unidad entre los “Anti Puros” para obtener la presidencia de Morena, aunque eso signifique ceder, ya desde este 2020, la candidatura a la presidencia para alguien del grupo: Marcelo Ebrard. De lograr su cometido, Mario Delgado se bajaría de la competencia para ceder el paso a su líder político: el canciller.
Pero esa no es la única aduana de la ex secretaria general de Morena, Ricardo Monreal, quien también aspira a ser presidente, está jugando en la interna de Morena mediante Alejandro Rojas Díaz Durán, otro aspirante a dirigir el partido marrón.
Si quiere establecer un grupo compacto, Yedickol necesita a Monreal y a Delgado-Ebrard. De conseguirlos podría lograr la presidencia del partido en detrimento del grupo purista que incluso le acusó de desviar las prerrogativas de Morena en su beneficio.
El único argumento que podría hacer ceder a Monreal y Ebrard, dos presidenciables, es el de perder justamente dicha candidatura. Según Yeidckol, el aspirante Porfirio Muñoz Ledo puede ganar la interna de Morena si no hay una unidad contra Los Puros, pues con Mario Delgado, por ejemplo, hay un electorado compartido.
Si “Los Puros” se establecen como el grupo dominante de Morena, no habría lugar para candidaturas presidenciales y Sheinbaum prácticamente tendría la presidencia en su bolsa. Ese análisis es el que pretende utilizar Yeidckol para seducir a Monreal y a Ebrard, pero aún es largo el camino. ¿La morenista logrará cumplir con la legendaria frase que en este caso sería Yedickol que alcanza gana?