Un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical y el Colegio Universitario (UCL), ambos de Londres, reveló que sin un seguimiento de contactos adecuado, la reapertura de las escuelas en Reino Unido prevista para septiembre contribuiría a una segunda ola de infección más grande que la primera.
Este miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó su intención de abrir las escuelas en estados de bajo contagio de COVID-19, además de las entidades donde se espera pasen pronto a semáforo verde, como Campeche y Chiapas.
Sin embargo, el escenario luce adverso para tal decisión. No solo el estudio británico advierte el riesgo, los pronósticos del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington confirman un incremento de contagios y muertes en el país a causa del COVID-19. En Puebla, este organismo prevé 6,634 fallecimientos para enero de 2021.
Con este antecedente, resulta preocupante la perspectiva del Gobierno Federal. Esta mañana, Andrés Manuel López Obrador declaró: “Se está analizando el poder abrir ya en escuelas, no en todo el país, sino donde se van creando las condiciones. Hay estados en donde ya están a punto de pasar a verde. El caso de Campeche y el caso de Chiapas, y otros. Entonces, ahí se va a hacer una valoración”.
El hecho de que por el momento estos estados -y el país en general- se mantengan con una baja de contagios no es concluyente. Según el modelo de predicción de la Universidad de Washington, los muertos por coronavirus en México y en todo el mundo se duplicarán hasta alcanzar los 2.8 millones para finales de año, si se mantienen las circunstancias actuales. De la cifra global, 157,264 personas fallecerían en el país azteca.
No obstante la información publicada, el mandatario federal defendió -sin elementos de prueba- que no han ocurrido rebrotes: “No olvidarnos de la escuela, sino empezar a regresar, a seguir familiarizándonos con la escuela, esto dependiendo de cómo vaya a presentarse lo de la pandemia. Afortunadamente, ayer lo vimos, no ha habido rebrotes en México; en otros países, sobre todo en Europa ha habido rebrotes”.
La gravedad de abrir escuelas en la antesala de una segunda oleada de COVID-19 está demostrada por la UCL. Los niños tienen aproximadamente la mitad de probabilidad de contraer COVID-19 que los adultos, lo que significa que es menos probable que lo transmitan.
Sin embargo, como los niños también son menos propensos a presentar síntomas, todavía es difícil determinar qué tanto propagan el coronavirus o incluso si son capaces de iniciar un brote. Más aún, la reapertura de las escuelas no solo aumenta el contacto entre niños, sino también de docentes y personal del centro, además de los padres que llevan y traen a sus hijos.
Una investigación publicada el mes pasado en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense sugiere que los menores juegan un papel importante en la propagación de enfermedades respiratorias durante las pandemias.
"Los niños son, en general, importantes transmisores de epidemias virales como la influenza, porque pasan largos períodos cerca de otros niños en las escuelas y durante las actividades físicas", afirman los autores.
Tras el cierre de escuelas en 50 estados de EU, entre marzo y mayo, en promedio hubo una caída en el número de casos del 62% y del 58 % en defunciones, aseguran los investigadores, quienes aclaran que otras medidas complementarias contribuyeron a estos porcentajes.
El escenario de rebrote no es considerado, sin embargo, por López Obrador. Según la visión del presidente los efectos de pandemia por coronavirus han disminuido en México y el mundo:
“Incluso, donde crece el número de casos de infectados ya hay menos fallecimientos, esto está pasando en Europa, que puede aumentar el número de infectados por la pandemia, pero ya no, afortunadamente, hay fallecimientos porque ya se ha avanzado más en todo lo que se aplica para salvar vidas”.