La renuncia de Jaime Cárdenas al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP) deja muchas lecturas que todos los afines a la Cuarta Transformación no quieren leer.
Sí, amable lector, la renuncia de Cárdenas no es algo que se debe dejar de lado, sobre todo por la denuncia de actos irregulares en un instituto creado precisamente para combatir los robos que ha sufrido la nación.
Y es que en palabras del titular del INDEP, la valuación de joyas y otros bienes incautados al crimen organizado se daba de manera poco clara, algo que debe ser investigado inmediatamente y no ha tenido eco en el presidente de México.
Lo peor del asunto es que Andrés Manuel López Obrador ha minimizado esta corrupción en el INDEP y ha culpado a Jaime Cárdenas de no querer limpiar este instituto.
¿Pues no se suponía que este organismo se creó para evitar que se siguieran dando prácticas irregulares?
Lo anterior solo se puede traducir en que nunca existió un estudio a fondo del Gobierno Federal y se permitió que el INDEP se mantuviera como una dependencia especialista en el agandalle.
Pero permítanme ir más allá. El Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado está en el ojo del huracán a raíz de la rifa del avión presidencial, pues el dinero obtenido en las subastas se usó para comprar cachitos del sorteo y no para apoyar al Instituto de Salud por el Bienestar.
Constitucionalmente, el INDEP debe dar los recursos obtenidos al INSABI, algo que por órdenes presidenciales no sucedió y los recursos necesarios para el combate al COVID-19 terminaron apoyando una rifa que resultó un fracaso.
¿Será por eso que no se hace una investigación a fondo al INDEP?
Increíble resulta que una oficina creada para hacer justicia ante los saqueos que ha sufrido la nación se convierta en una sucursal de la corrupción.
Pero más lamentable es que desde palacio nacional no se vean ganas de buscar limpiar a fondo este instituto.