En la cinta The Dark Knight Rises, el médico del Pozo de Lázaro le dice a Bruce Wayne que es un grave error no tener miedo. Para poder escapar de prisión, para correr más rápido de lo posible, para ser más fuerte de lo inimaginable, para saltar más allá de lo creíble, qué otra emoción, le dice, puede llevarte a los límites si no es el miedo. El miedo a la muerte te lleva a cometer esas proezas.
La sociedad mundial, la sociedad en México debería encontrar en esta escena un espejo de su realidad. La ausencia de miedo está causando que la segunda ola de contagios de COVID-19 sea cruenta, grave y rápida.
En Puebla, el gobernador Miguel Barbosa mantuvo cerrada la economía para poder evitar la saturación del sistema hospitalario. Un grupo de empresarios le instó a reabrir y él se resistió por semanas, porque sabía de la gravedad de un rebrote.
Pero ahora, con la reapertura escalonada todo apunta a que la segunda oleada golpeará duro a Puebla y a todo México como ya lo está haciendo a nivel internacional.
La primera responsabilidad es totalmente del gobierno federal. Del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, vino la descalificación del uso del cubrebocas, el menosprecio a la contingencia, el permiso para que el presidente hiciera reuniones masivas. Las primeras semanas fueron cruciales y se perdieron, hoy solo enfrentamos con paliativos las consecuencias de un caos anunciado.
Pero lo lamentable es que a pesar de la gravedad de la situación el miedo prácticamente se ha extinguido. Y era el miedo el que mantenía el confinamiento, el que evitaba las aglomeraciones, el que permitía salvar vidas.
Ignorando la gravedad del virus, prácticamente Puebla regresó el domingo en el tiempo: la misma cantidad de gente, las filas, los abrazos, el contacto masivo.
Al perderse el miedo al virus de manera no inteligente -porque puede haber valentía fundamentada en el conocimiento- ha comenzado el brote, la segunda oleada. Lo veremos en los siguientes 15 a 30 días, con los contagios escalonados, pero ocurrirá.
En Europa, según CNN, “los casos de coronavirus están casi de regreso a los niveles observados en marzo, cuando las tasas de infección alcanzaron su punto máximo, advirtieron científicos a medida que crecen las preocupaciones por una posible segunda ola”.
Los modelos matemáticos están previendo esta ola de contagios. El comportamiento social se ha desbordado y el miedo ha desaparecido. Regresará cuando no podamos escapar, cuando nos hayamos quedado en el fondo del pozo.