Autoridades mexicanas revelaron que ya se han encontrado vestigios arqueológicos durante los trabajos de construcción del tramo uno del Tren Maya; por lo que, las instancias encargadas de protección arqueológica se encuentran colaborando con la obra para evitar daños al patrimonio histórico.
Desde que se anunció el proyecto del Tren Maya, uno de los más importantes del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, diversas organizaciones alertaron sobre el riesgo que este representaba para la preservación histórica y medioambiental. Al respecto, señalaron que a lo largo de los 1,500 kilómetros de construcción había importantes yacimientos arqueológicos y áreas naturales protegidas.
En julio pasado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó sobre una importante concentración arqueológica en la zona por la que pasaría el tren, la cual consta de alrededor de 1,773 sitios arqueológicos.
Sin embargo, este lunes 21 de septiembre, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), la dependencia encargada de la construcción del Tren Maya, constató a través de un video que se encontraron nuevos vestigios arqueológicos en el tramo uno de construcción.
En su informe sobre la quinta semana de trabajos, FONATUR explicó que se realizó un estudio con base en técnicas de geomática para poder procesar información arqueológica. En este sentido, reveló que "por el momento se ha encontrado arquitectura de tierra, arquitectura monumental de piedra y pequeñas unidades habitacionales".
Los vestigios arqueológicos
En 2018, cuando el presidente López Obrador anunció el proyecto del Tren Maya, el INAH ponderó el alto potencial arqueológico que podría estar en riesgo por la megaobra dado que esta atravesaría 1,500 kilómetros de terreno —entre los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo—.
Por lo anterior, desde 2019, el INAH trabaja en conjunto con FONATUR ―instancia responsable de realizar el proyecto― para acompañar las labores de construcción con programas y trabajos arqueológicos apropiados para evitar afectaciones al patrimonio histórico.
Como consecuencia de estos trabajos, el INAH consideró un área de influencia de 30 kilómetros, en la que estarían cerca de 1,773 sitios inscritos en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, que van desde concentraciones de materiales y sitios de carácter gráfico-rupestre, hasta monumentales.