No hay más ciego que el que no quiere ver. La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Puebla no representó que Claudia Rivera, alcaldesa de Puebla, se deba reelegir; aunque sí significó una búsqueda de unidad.
De la misma forma que Mario Delgado habló de pactos de unidad, en su última visita a Puebla el presidente buscó un discurso conciliador y le regaló buenos gestos y comentarios tanto al gobernador Luis Miguel Barbosa como a la alcaldesa Claudia Rivera.
Pero no hubo jamás un espaldarazo a la reelección de Rivera Vivanco, más bien fue un mensaje conciliatorio porque López Obrador sabe bien la importancia de un mensaje de unidad de cara al proceso electoral del próximo año.
De su victoria en el Congreso de la Unión depende la estabilidad emocional de él y su familia y la trascendencia de la llamada Cuarta Transformación.
Por eso, considera que es importante sumar y mantener unido a los alfiles de Morena. Y en su mensaje dejó en claro esa intención.
López Obrador trae una agenda electoral. Antes de visitar Puebla, el presidente estuvo en Tlaxcala y también apoyó a Lorena Cuéllar, quien todos saben que va a ser la candidata de Morena a la gubernatura el próximo año.
Al parecer va en caballo de hacienda la senadora, pero de acuerdo con las últimas encuestas está en un empate técnico con la edil de Tlaxcala.
Pero regresando a Puebla, la elección del próximo año dependerá del factor de unidad de Morena y de la cohesión que se haga con la marca del hoy presidente de la república.
Siempre hemos manejado en este espacio esa fórmula a manera de recomendación para el triunfo de Morena.
El mismo diagnóstico tiene el presidente y por eso no quiere fragmentar el voto.
Sabe que Puebla es, electoralmente, muy importante y no dejará ir el estado porque necesita esas diputaciones federales para poder construir la herencia de la Cuarta Transformación.
Sin el Congreso, López Obrador enfrentará sus últimos tres años de gobierno de manera ríspida y bloqueado por todas las fuerzas opositoras.
Por eso interesa tanto la unidad.
Porque de ello depende el futuro de su proyecto de nación. Sin la mayoría en la cámara, el fenómeno Morena solo quedará como un destello en la historia de México.