México se sumó a los países latinoamericanos en adoptar un formato sencillo y directo para advertir a su población acerca de alimentos dañinos contra la salud. Estos son los detalles que distinguen al etiquetado frontal mexicano de alimentos.
La estrategia que sostiene la adopción del etiquetado frontal de alimentos dañinos para la salud pública comenzó a trabajarse en México hace 14 años, según lo explicó Simón Barquera, director del Centro de investigación en nutrición y salud del Instituto Nacional de Salud Pública de México.
Este tipo de etiquetado que se llama también "de advertencia", tiene como propósito que las personas puedan tener información simple sobre la composición del producto que les permita evaluar rápidamente en el momento de hacer una compra.
Según Barquera, el lenguaje elegido busca que pueda ser comprendido por una amplia gama de personas — incluidos los niños— y que en el fondo, el cambio que produzca en la elección de los consumidores, promueva que la industria modifique la composición de sus productos no saludables.
Al estilo inaugurado por Chile con su etiquetado frontal, la novedad mexicana para los productos que incluyen cafeína y edulcorantes no calóricos entre sus ingredientes, agrega una etiqueta que indica que no deben ser consumidos por niños. También impuso como novedad el uso de números para indicar la cantidad de recomendaciones negativas acumuladas que contiene la llamada "micro-chatarra"
El nuevo etiquetado mexicano incluye una tabla de ingredientes desagregada en la parte trasera de cada producto, que indica el aporte nutricional del mismo llevado a una base de 100 gramos, en particular distingue entre los distintos tipos de azúcar que tiene agregado cada uno.
Críticas al antiguo sistema
El etiquetado frontal ya puede verse colocado como una estampa sobre los productos y convive con el antiguo sistema llamado "guía diaria de alimentación".
Mientras el frontal es un sello en blanco y negro que contiene una sola leyenda "alto en grasas", "alto en azúcar" "alto en grasas trans", "alto en sodio" que aparece firmada por la Secretaría de Salud; el viejo sistema de las guías diarias de alimentación suele presentarse como una serie de recuadros con proporciones diarias, confundidas en su color con los de los productos.
Barquera señaló que el sistema viejo de las guías diarias confunde al consumidor, según las investigaciones que han hecho en México para evaluar su efectividad.
"El sistema viejo es complejo y presenta seis globos con porcentajes y porciones variables", apuntó Barquera, que no permiten comparar un producto con otro sin evitar tener que hacer cuentas.
"Fue desarrollado hace diez años por la industria de comida chatarra y está probado que no funciona para orientar las mejores decisiones de las personas. En México, los estudios señalan que esa información no se comprende", agregó el médico.
Bebidas que matan
Entre los productos que ya recibieron el nuevo etiquetado frontal son las bebidas azucaradas, que tienen probada responsabilidad en más de 40.000 muertes al año en México, por lo que se ha montado una fuerte campaña en el país para desestimular su consumo entre la población.
El vínculo entre la alta mortalidad causada por el nuevo coronavirus entre los mexicanos que sufrían de enfermedades crónicas vinculadas a la mala alimentación como la obesidad, la hipertensión y la diabetes, abrió una nueva conciencia sobre la importancia de su atención y combate que ha sido difundida diariamente por las autoridades federales de Salud, encargadas de atender la pandemia.
"El etiquetado frontal mexicano es una estrategia de Salud Pública y forma parte de la política integral de combate a la obesidad que se lleva a cabo y que permite articular con otras estrategias", concluyó Barquera. (Sputnik)