Los cubrebocas se convirtieron en la herramienta imprescindible para combatir el coronavirus; sin embargo, también ha provocado que la fauna marina se vea amenazada por los desperdicios de estos materiales, como este pingüino que murió tras ingerir una mascarilla.
Los hechos ocurrieron en la playa de Juquehy, al norte de Sao Paulo, Brasil, cuando la semana pasada habitantes descubrieron a un pingüino de Magallanes muerto en la costa, por lo que el Instituto Argonauta para la Conservación Costera y Marina decidió hacerle una autopsia para determinar las causas de la muerte del animal.
No fue sino hasta hace unas horas que la Organización No Gubernamental compartió un informe en el que detalla que la aparente muerte y debilidad que presentaba el cuerpo del pingüino fueron ocasionados por un cubrebocas negro modelo N95 que estaba en el estómago del animal.
????La muerte de un Pingüino de Magallanes tras ingerir una mascarilla N95 en Brasil nos debe elevar la preocupación ante el creciente aumento de los "residuos de la pandemia" del nuevo coronavirus.
— Vida Marina Uruguay (@VidaMarinaUY) September 17, 2020
????Muchos de estos ejemplares suelen llegar a nuestras costas en su ruta migratoria. pic.twitter.com/6oQjgMxXT4
Incluso, el instituto compartió una fotografía en la que se aprecia que el cubrebocas cubría una gran parte del estómago del pingüino muerto, el cual quedó enredado entre los órganos del animal.
El presidente de la organización, Hugo Gallo Neto, señaló que desde que inició la pandemia del COVID-19 han descubierto un gran número de residuos de cubrebocas en las playas de Brasil, descubriendo hasta el momento 135; además, comentó que el pingüino sería el primero en morir en las costas brasileñas por ingerir uno de estos materiales.
Por su parte, Carla Beatriz Barbosa, bióloga de Brasil, indicó que su país tiene una política poco eficiente para proteger la vida marina, derivado principalmente por un “problema de educación de la población, gestión, fiscalización y legislación de parte del poder público”.
