La gran cantidad de tormentas tropicales que se han registrado durante 2020 en el Océano Atlántico ha provocado que, por segunda vez en la historia reciente, los nombres para bautizar a estos fenómenos se agoten.
Hasta ahora, solo un nombre está disponible en la lista de la temporada de 2020: Wilfred. De ocuparse, se tendrá que emplear el alfabeto griego para designar a las tormentas adicionales que se presenten.
En 2005 se tuvieron que utilizar seis letras del alfabeto griego para dar cuenta del número récord de ciclones. Cuatro de esos sistemas alcanzaron la categoría de tormenta tropical (Alpha, Gamma, Delta y Zeta), mientras que los otros dos alcanzaron la fuerza de huracán (Beta y Epsilon).
La temporada de tormentas tropicales en el Atlántico de este año está prevista a terminar el 30 de noviembre. Sin embargo, el Centro de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) advirtió el 14 de septiembre que al menos otros cinco huracanes podrían formarse en esta región, un récord desde 1971.
Todas las tormentas con nombre durante la actual temporada, excepto tres (Arthur, Bertha y Dolly), establecieron sus propios récords, al ser las tormentas con nombre más tempranas de las que se tiene registro en la historia.
El fenómeno climático conocido como La Niña es parcialmente culpable de esta temporada tan activa. En una fase típica de La Niña, gran parte de las aguas del océano Pacífico se enfrían. Esto debilita los vientos atmosféricos fuertes, lo cual permite que las bolsas de aire caliente crezcan verticalmente y se favorezca la formación de huracanes.
Desde 1953, las tormentas tropicales en el Atlántico reciben un nombre definido en una lista elaborada por el NHC y un comité internacional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En sus primeros años, las listas incluían solo nombres de pila de las mujeres. A partir de 1979 se introdujeron los nombres masculinos, por lo que actualmente se alternan con nombres femeninos. Para esta temporada se han utilizado seis listas con 21 nombres.
Los ciclones fueron nombrados para facilitar su identificación en los mensajes de alerta. Al principio, las tormentas eran nombradas arbitrariamente, pero ahora existe una serie de reglas, como la facilidad en los nombres elegidos, así como la necesidad de reflejar un equilibrio entre los nombres franceses, españoles, holandeses e ingleses, dada la cobertura geográfica de las tormentas en el Océano Atlántico y el Caribe.