Hemos leído incontables veces acerca del misterioso monstruo del Lago Ness, en Escocia. La leyenda tiene varios siglos, aunque el primer avistamiento moderno fue reportado hace menos de 100 años, y aunque el tiempo pasa el interés por la extraña criatura no disminuye. Conoce de dónde surgió la leyenda y qué se sabe sobre el verdadero monstruo.
La curiosa historia fue referida en una pequeña columna de un periódico local de las Tierras Altas de Escocia, región montañosa al norte del país, donde se halla el lago de mayor volumen de todas las islas británicas, el Lago Ness.
El artículo del Inverness Courier, fechado en mayo de 1933, cuenta cómo una pareja conducía por la costa norte del lago Ness, unos 270 kilómetros al norte de la capital, Edimburgo, cuando observaron una "tremenda agitación en el agua", según indica el texto.
Sorprendidos, se detuvieron, y presenciaron cómo una enorme criatura, con un "cuerpo parecido a una ballena", generaba con su movimiento olas en el agua lo suficientemente grandes como para alcanzar el lugar donde se encontraba la pareja.
Enseguida desapareció, y los observadores se quedaron esperando durante largo rato con la esperanza de que aquel monstruo volviera a mostrarse en la superficie. Aunque no ocurrió, la anécdota se convirtió en la leyenda moderna del monstruo del Lago Ness.
¿Hay algo en el Lago Ness?
Se supone que el famoso monstruo tiene un largo cuello, parecido al de los brontosaurios, pero de un color más adecuado a los animales acuáticos, a veces azulado, a veces gris. Así ha sido representado en múltiples ilustraciones y fotografías modificadas que generan expectativas entre los fanáticos de las leyendas.
A fines de 2019, científicos de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva Zelanda, realizaron un estudio de ADN ambiental que reveló algunos datos claves acerca del interior del lago y su vínculo con la leyenda.
Aunque el equipo de investigadores encabezado por el profesor Neil Gemmell no encontró el ADN de ninguna clase de monstruo, sí se concluyó que en el Lago Ness habitan casi 3.000 especies de peces, la mayor parte de tamaño pequeño.
El equipo se concentró en estudiar 250 ejemplares de un gran abanico de sitios y profundidades. El ADN más cercano al de un dinosaurio pertenecía a animales anfibios como sapos o ranas.
"No encontramos cocodrilos. No encontramos lagartos. No encontramos víboras. Es posible que anguilas muy enormes habiten allí, pero ello depende de su percepción de la palabra 'enorme'", declaró Gemmell.
Una leyenda de milenios
Mucho antes de la publicación periódica de 1933, otras personas habían visto algo extraño en el lago escocés. Una talla de piedra picta del siglo I representa a un animal con una cabeza enorme y gigantes aletas.
En varios textos de más de 1,500 años se han observado dibujos y descripciones de serpientes marinas, caballos acuáticos y otros seres en zonas acuáticas de Escocia, explica a la revista Popular Mechanics Adrian Shine, investigador y líder del Proyecto Loch Ness.
El primer avistamiento escrito proviene de una biografía del siglo VII del misionero san Columba, santo responsable de convertir Escocia al cristianismo a mediados del siglo VI. Allí, san Columba habla con un grupo de personas que entierran a otra tras ser asesinada por una bestia acuática. Tras tocar al hombre con su bastón, el santo le devuelve la vida. Después, pide a uno de sus discípulos que entre al agua a buscar un bote para ellos, y al hacerlo, la bestia lo persigue. Increíble, ¿cierto?