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Aunque se ha escrito mucho sobre este tema, los mexicanos parecen no querer comprender el daño que causan a perros, gatos y hasta aves la pirotecnia que tradicionalmente chicos y grandes detonan en las presentes fiestas patrias.
La causa es muy sencilla, el oído de perros y gatos está mucho más desarrollado que el del humano y los cohetes tronados son escuchados hasta 10 veces más fuerte por los peludos, algo que es insoportable.
Imaginemos un momento que a un costado de nosotros explotan 10 cohetes al mismo tiempo. Por supuesto, quedaríamos aturdidos y con un daño en el oído que podría ser irreversible, además de un susto increíble.
La ventaja que tenemos sobre los animales es que nosotros sabemos que se tratan de cohetes, pero ellos no entienden qué sucede y esto provoca que sufran de ansiedad y estrés, que puede ser letal en alguno de estos peludos.
En el caso de las aves, la explosión de pirotecnia provoca una total desorientación que puede terminar en que choquen contra muros, paredes o cualquier obstáculo y encuentren la muerte, algo que se ha visto en los espectáculos de fuegos artificiales que se dan en cada “Grito”.
Desafortunadamente, la necedad del mexicano parece imponerse al amor por otros seres vivos, por lo que solo nos queda buscar las herramientas para contrarrestar el miedo de nuestros amigos peludos, que puede ir desde abrazarlos mientras truenan los cohetes o distraerlos de estos eventos.
Es urgente que la sociedad entienda que el detonar pirotecnia representa un acto poco humano y empático contra otros seres vivos, que viven momentos de terror por un rato de diversión de los mexicanos.
