Estos bonos fueron vendidos con el objetivo de financiar el aeropuerto internacional de Ciudad de México pero la obra fue cancelada a principios de 2019. Actualmente, el desempeño de estos bonos es uno de los peores en la región y los inversionistas han cuestionado el flujo de los ingresos que los respalda.
Los bonos debían financiar unos 13,000 millones de dólares para reemplazar al aeropuerto internacional Benito Juárez, y con ese objetivo fueron vendidos por primera vez el año 2017. El año 2018 los bonos sufrieron un gran descenso y el Gobierno acordó a finales del mismo año recomprar 1,800 millones de dólares de estos bonos y aseguró a los inversionistas que las tarifas de los pasajeros en el aeropuerto existente se emplearían para pagar intereses y capital de la deuda restantes. En 2019 los bonos con fecha más larga fueron cotizados a 102 centavos por dólar.
Según Bloomberg, el desempeño de estos bonos es uno de los peores de la región y se fueron en picada porque desde que se canceló la construcción del aeropuerto los inversores cuestionan el flujo de ingresos que los respalda.
Los pagarés que vencen en 2047 del Fideicomiso para la construcción del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México fueron volátiles durante el primer semestre y se preparan para un cuarto descenso semanal consecutivo. Con un descenso a 86 centavos por dólar sobre su valor nominal a principios de año, hizo calificarlos como el séptimo peor desempeño en el Bloomberg Barclays Latin America Bond.
Estos bonos tienen garantía gubernamental; sin embargo, existe una preocupación de que la capacidad de pago del fideicomiso se vea amenazado por la propagación del COVID-19 que ha afectado directamente la demanda mundial de viajes.
Según Roger Horn, estratega de SMBC Nikko Securities America en Nueva York, con estas consecuencias el fideicomiso podría requerir una reestructuración de los bonos y retrasar los pagos.
"Los créditos aeroportuarios son normalmente tan resistentes como los servicios eléctricos y han sido probados por el 11 de septiembre, las recesiones globales, las huelgas de pilotos y las bancarrotas de las aerolíneas, pero esta pandemia los supera a todos", dijo Horn a Bloomberg.
Mientras que Aaron Gifford, analista de T Rowe Price, asegura que hablar de una reestructuración de los bonos es una especulación exagerada y que la esencia del proyecto de tener una asociación público-privada significa que el Gobierno brindará apoyo.
A principios de 2019, el Gobierno de México argumentó que este proyecto nunca debió aprobarse y menos iniciarse porque hubiera causado un desastre ecológico, una severa explosión demográfica en la zona y un gran desperdicio de la infraestructura aeroportuaria existente, entre otros riesgos.