El 8 de septiembre, en cumplimiento a lo dispuesto por la Constitución Política, el presidente envío al Congreso el Paquete Económico 2021 que contiene la propuesta de Ley de ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación. La primera será analizada y votada por ambas cámaras legislativas, mientras que el presupuesto sólo es competencia de la cámara de diputados. Primero se debe aprobar la Ley de Ingresos para poder discutir el presupuesto. Los diputados deberán presentar el presupuesto aprobado a más tardar el 15 de noviembre. ¿Qué debemos conocer de paquete económico?
En lo que respecta a la Ley de ingresos, el presidente de la república no contempla la creación de nuevos impuestos, tampoco el aumento de los ya existentes. Se proyectan ingresos por 6.295 billones de pesos, de los cuáles el 56% provendrá de impuestos, el 17% de la renta petrolera y el resto de los aprovechamientos y derechos que recibe el gobierno. Se prevé un crecimiento del 4.6% (siempre y cuando la vacuna del coronavirus permita la reactivación económica), este sería el mayor crecimiento anual de los últimos 10 años, aunque insuficiente para recuperar los niveles previos a la pandemia; una inflación del 3%, que está dentro de los objetivos del Banco de México.
Dentro de las condiciones macroeconómicas se considera un tipo de cambio de 22 pesos por dólar y el precio de barril de petróleo en 42.1 dólares, que es bastante moderado, no obstante, se pretende una producción de 1.857 millones de barriles diarios que significa aumentar en 12% la producción actual. También se espera una tasa de interés promedio del 4%, esto es un mensaje para Banxico para que siga bajando las tasas.
En el Presupuesto de Egresos se contempla gastar 6.295 billones de pesos que es 3% adicional al gasto de 2020 y que es igual al total de ingresos, por lo que no se consideró tener un superávit primario. (El superávit primario es la diferencia positiva entre los ingresos del gobierno y sus gastos antes del pago de intereses de deuda).
Cuando estudiamos Política Económica, aprendemos que la verdadera ideología del gobierno no está en el discurso, sino en los rubros y montos del gasto público. Veamos cómo va esta Cuarta Transformación.
¿Austeridad Republicana?
El presupuesto 2021 sigue recortando gastos suntuarios, la oficina de la presidencia tendrá una reducción del 12%. En total, en lo que va del sexenio, los gastos del presidente representan sólo el 30% en términos reales de lo que gastaban en promedio Peña Nieto o Calderón. Los recortes salariales a los altos funcionarios, la desaparición del Estado Mayor Presidencial, la eliminación de pagos de viáticos, entre otros, han hecho que se ahorren 7 de cada 10 pesos de la presidencia, el mayor ahorro en los últimos 100 años.
Educación, Salud y Bienestar social
El gasto en salud aumentará 13%, que es el mayor incremento en 40 años. Si lo comparamos con el último año del sexenio anterior, el presupuesto para salud acumula aumentos del 20%. El gasto en educación tendrá un aumento más modesto del 4%, pero ya es 27% superior al que se ejerció en 2017, cuando Peña Nieto lo recortó drásticamente. Para el Bienestar (Programas sociales) habrá un aumento del 5% y comparado también con el gasto recortado de 2017 es 80% superior; es decir, el próximo año se ejercerá el mayor gasto social en toda la historia del país.
“Es que el gobierno actual sigue culpando a los anteriores”
El presupuesto 2021 también tiene un pesado lastre, el costo de la deuda pública. Con respecto a 2020 aumentará en 1% y representa el 8.6% del gasto total. Es una proporción alta, pero es menor al 9.4% en el que la dejó el gobierno anterior. Basta decir que sólo de 2016 a 2017, al mismo tiempo que Peña Nieto recortaba gasto social, aumentaba la deuda en 16%. ¿Pero cómo podemos dimensionar los 542 mil millones de pesos que deben pagarse de intereses? La gráfica 1 nos lo muestra:
Elaboración propia con datos de PEF 2021
Observe que el pago de servicio de deuda es equivalente a más de la mitad del presupuesto para el IMSS o a 1.45 veces el gasto del ISSSTE. Imagine duplicar el gasto en educación o cuadruplicar el gasto de los programas sociales. Imagine multiplicar por 20 las becas de posgrado, el financiamiento a la ciencia y la innovación que hoy otorga el CONACYT o multiplicar por 40 los programas culturales. De ese tamaño es la carga que nos heredaron los gobiernos anteriores, nos dejaron un país en ruinas y endeudado, aun así, esos oscuros personajes del pasado son las voces que exigen mayor endeudamiento, ¿será que recibían comisiones por apertura de créditos?
El presupuesto 2021 refleja un manejo responsable del gasto público y redistribuye los ingresos a quien más lo necesita; falta mucho, pero es lo que se puede hacer en una situación como la que vivimos. No permitamos que estos avances se borren por gobiernos futuros.
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos