El 1 de septiembre el compañero presidente Andrés Manuel dio su segundo informe de labores. Han sido años difíciles, la economía mundial entró en fase de declive desde 2017 y las consecuencias de la pandemia la hicieron caer a niveles históricos. La guerra comercial Estados Unidos-China y la guerra del petróleo Rusia-Arabia Saudita son otros factores externos que nos han afectado. Estamos en el peor momento de la historia del capitalismo, pero ¿nos tocó con el mejor gobierno?
Para responder esta pregunta vamos a revisar algunos indicadores macroeconómicos que describan con datos duros la situación nacional. Recordemos que la macroeconomía tiene 5 objetivos principales: aumentar el nivel de producción (medido por el PIB); mantener la estabilidad de precios (medido por la tasa de inflación); mantener el nivel de empleo (medido por la tasa de desocupación); el equilibrio fiscal (saldo presupuestario) y el equilibrio con el sector externo (saldo de la balanza comercial).
Producto Interno Bruto
El PIB calcula el valor de la producción total de un país en un periodo determinado. Debido a la pandemia la producción se detuvo y al segundo trimestre de 2020 se presentó una caída del 18.7%, la más grande desde que se mide la economía en el sistema de cuentas nacionales. Esto equivale a decir que el valor de la producción fue igual al del cuarto trimestre de 2010. En cuestión de unos meses retrocedimos 10 años.
¿Es atribuible al gobierno? No, se trató de una variable exógena que no podía preverse. Como muestra basta señalar que la economía de Estados Unidos se contrajo 32% o la de España y Reino Unido 22%. Aunque se hubiera previsto, hay que señalar que la economía creció a tasas marginales del 2% anual durante los últimos 40 años. Aquí algunos dicen ¿por qué seguir culpando al pasado? Porque si hubiéramos crecido a tasas superiores, la caída económica de hoy no hubiera sido del tamaño de una década. Lo bueno es que el último mes el indicador adelantado del PIB registró un aumento del 9%, lo que anuncia una pronta recuperación, esta cifra también es la mayor en la historia.
Inflación
Indica la variación en el nivel general de precios. A pesar de vivir la peor crisis, no ha impactado el bolsillo de la población. Al cierre del mes de julio se ubicaba en una tasa de 3.6%, todavía dentro de la meta del Banco de México (3% +/-1%). Recordemos que la crisis de 2008-2009 (Calderón) se sintió con fuerza porque la inflación alcanzó tasas de 6.5%. En el sexenio anterior también se vivieron tasas del 6.7% en 2017 y cerró en 4.8%; por lo que las cifras actuales representan un avance y un punto positivo.
¿Es atribuible al gobierno? Sí, porque la tasa inflacionaria se ha contenido a partir de que el gobierno ha mantenido estables los precios de los energéticos (gasolinas, electricidad y gas), lo que ha reprimido el aumento de precios de otras mercancías. Esto también sería un indicador de que la economía se recuperará con relativa rapidez.
Salarios y Empleo
La tasa de desocupación (porcentaje de personas que buscaron empleo y no lo encontraron) llegó a 5.5% en el mes de junio; el sexenio anterior terminó con una tasa de 3.6% por lo que en ese sentido tenemos un retroceso. En cambio, si lo comparamos con la crisis de 2009, cuando la tasa llegó a 6%, el actual gobierno logró preservar una mayor cantidad de empleos en una crisis más grave.
Por otro lado, el ingreso laboral real (poder adquisitivo promedio de los salarios) aumentó 10.3%, al pasar de $1,730 pesos a finales del sexenio pasado a $1,909. Esto significa que se recuperó la distribución del ingreso entre los sectores más pobres.
¿Es atribuible al gobierno? Sí, porque desde el inicio del sexenio se han aplicado políticas para aumentar los salarios mínimos y generales con las tasas más altas en 4 décadas.
Balanza comercial
El saldo de esta balanza es igual a restar las importaciones (lo que compramos en el exterior) de las exportaciones (lo que vendemos). Cuando un país compra más de lo que vende cae en un déficit, por el contrario, está en superávit. Como se observa en la gráfica 1, en las últimas dos décadas nuestro país cayó recurrentemente en déficit, en la crisis de 2009 se observa una caída brutal de nuestras exportaciones. El sexenio anterior cerró con los déficits más grandes, en parte por el aumento de las importaciones de gasolina y la caída de la producción nacional. El mes de julio pasado registró el mayor superávit de la historia.
Elaboración propia con datos de SNIEG (2000-2020)
¿Es atribuible al gobierno? Sí, debido a la política comercial que ha aplicado, la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá; la consolidación con China y la diversidad de otros mercados de destino han favorecido este indicador.
Saldo presupuestario
Este es el resultado de los ingresos del gobierno menos el gasto público. A finales del sexenio pasado el saldo fue un déficit de 164 mil millones de pesos. Al mes de julio de este año, el déficit se redujo a 121 mil millones. En contraste, en la última crisis de 2009 el déficit llegó a 378 mil millones.
¿Es atribuible al gobierno? Sí, el aumento en la recaudación de grandes empresas deudoras y las políticas de austeridad que eliminaron gastos suntuarios han contribuido de forma sustancial.
Habría que señalar además el mayor aumento al gasto social; actualmente 1 de cada 2 hogares recibe apoyos de algún programa público y en la población indígena la cobertura alcanza el 90%. Esto reducirá de forma significativa la desigualdad, que es un indicador de largo plazo.
Al menos estos datos, le dan la razón al presidente, nos tocó un buen gobierno en el peor momento. Aprendamos a diferenciar entre datos reales y discursos falaces de la oposición escuálida. Estamos en momentos complicados, pero vamos por buen camino.
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos