En 1918, una nueva especie de gripe mató a más personas que la peste negra del siglo XIV. En algún momento, el virus llegó a ser menos ofensivo, pero nunca desapareció del todo.
Al menos 50 millones de personas murieron en todo el mundo a causa de ese brote de gripe H1N1, y fueron enterradas en fosas comunes. En medio del brote de coronavirus de hoy en día, muchos se preguntan cómo terminó la pandemia más mortal jamás registrada.
Con el tiempo, quienes contrajeron el virus desarrollaron inmunidad, y la vida volvió a la normalidad a principios de la década de 1920, según los historiadores y los expertos médicos. Los informes de la época sugieren que el virus se volvió menos letal a medida que la pandemia avanzaba en oleadas.
Pero esta especie de gripe no desapareció sin más. El virus mutaba continuamente, pasando por los humanos, los cerdos y otros mamíferos hasta finalmente transformarse en una gripe estacional. Los descendientes del virus H1N1 de 1918 conforman los virus de la gripe que estamos combatiendo hoy en día.
"En ese sentido, la gripe de 1918 todavía está entre nosotros", explicó Ann Reid, directora ejecutiva del Centro Nacional de Educación Científica, que secuenció con éxito la composición genética del virus de la gripe de 1918 en la década de 1990.
No está claro exactamente cómo o dónde comenzó el brote de 1918, pero, en algún momento, el nuevo virus H1N1 pasó de las aves a los humanos. De principio a fin, la influenza podría contagiar un pueblo o ciudad en cuestión de semanas. En ciudades llenas de gente, no era cuestión de quién se enfermaba sino de cuándo lo hacía.
La gripe estacional tiende a matar a los más mayores y a los más jóvenes de una sociedad, pero, en 1918, aproximadamente la mitad de los que murieron eran hombres y mujeres de entre 20 y 30 años. La gente se enfermaba y moría en la flor de la vida.
¿Por qué se llama española?
España, que permaneció neutral durante la Primera Guerra Mundial, fue el primer país en informar públicamente de los casos de la enfermedad. China, Francia y Estados Unidos ya tenían casos de gripe, pero la censura hacía callar a los periódicos.
Cuanto más tiempo existía el virus en una comunidad, menos letal era la enfermedad. Es lógico: lo mejor para el virus es que se extienda antes de matar al huésped. En 1920, el virus de la gripe seguía siendo una amenaza, pero cada vez moría menos gente por la enfermedad.
Los descendientes de precisamente este virus han contribuido a la era pandémica que ha durado los últimos cien años. El virus de la gripe H1N1 que circulaba en los años 2000 era un descendiente de la cuarta generación del virus de 1918.
"Todas esas pandemias que han ocurrido desde entonces, la de 1957, 1968, 2009, todas son derivados de la gripe de 1918", reveló Jeffery Taubenberger, experto en gripe de los Institutos Nacionales de Salud, a The Washington Post.
¿Y el SARS-CoV-2?
Dicho todo eso, los coronavirus son distintos a la gripe y no son de la misma familia. Hay similitudes entre la pandemia actual y el brote de gripe de hace 100 años, pero son contadas. Ambos provienen de animales alados. Uno, de las aves y, otro, de los murciélagos. Ambos son virus respiratorios. Ambos llevaron a la gente a usar mascarillas en público. Ambos obligaron a las ciudades y a las escuelas a cerrar durante largo tiempo. Y, finalmente, en ambos casos los líderes del país origen del virus empeoraron la situación ignorando las primeras señales de alerta.