Mario Marín Torres ganó un amparo para evitar la orden de aprehensión que habría ordenado un juez en su contra por el presunto delito de tortura cometido contra la periodista Lydia Cacho Ribeiro en febrero de 2005
El primer Tribunal Unitario, con residencia en Quintana Roo, liberó esta orden de aprehensión no sólo contra del exgobernador de Puebla, sino también contra el empresario José Kamel Nacif y el exsubsecretario de Seguridad Pública de Puebla, Adolfo Karam Beltrán.
Sin embargo, tras haber estado un año y cuatro meses prófugo de la justicia, un juez de Cancún le concedió el amparo según el expediente 1/2020 3 T.Colegiado.
En abril de 2019 fue liberada la orden de aprehensión de la causa penal número 26/2018, en la cual se le imputa al exgobernador poblano y a Kamel Nacif el delito de tortura en contra de la periodista detenida tras publicar el libro “Los Demonios del Edén”.
Ese mismo mes, Marín Torres solicitó un amparo contra la orden de aprehensión, argumentando que era una persona vulnerable al Covid-19 por ser mayor de edad y que por tal motivo no podía ser aprehendida.
Lydia Cacho Ribero fue detenida el 16 de diciembre de 2005, en Cancún, Quintana Roo, por elementos de la Policía Judicial de Puebla, acusada de los delitos de difamación y calumnia. Sin embargo, Cacho abandonó la cárcel bajo caución y pudo enfrentar el proceso en libertad. El 17 de enero de 2006 la periodista fue exonerada de los delitos.
Sin embargo, a Mario Marín se le complicaron las cosas el 14 de febrero de 2006 con la difusión de unas grabaciones telefónicas entre él y el empresario Kamel Nacif, “El rey de la mezclilla”, en la que el entonces gobernador afirmó que ya le había puesto un “pinchi coscorrón” a Cacho “porque en Puebla se respeta la ley”.
Ese mismo año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desechó de la investigación las redes de pederastia y pornografía infantil, con el propósito de concentrarse en la presunta responsabilidad política del mandatario poblano. La Corte estuvo en su favor, ya que también determinó que nunca se violaron los derechos humanos de la periodista.
