El caso Lozoya definitivamente es una rotura en términos de billar.
Un golpe que ha generado todo un movimiento y ha abierto el juego para que cada participante haga lo que mejor sabe hacer.
En el caso hay dos caminos. Por un lado, el legal, que implicará tanto al fiscal general, Alejandro Gertz Manero, como al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto.
Por otro lado, el mediático: Lozoya Austin seguirá revelando nombres y tramas con la intención de dañar reputaciones y generar una percepción electoral favorable al partido en el poder.
Pero acá es donde podría parecer un efecto Boomerang, pues si los dichos mediáticos no se convierten en órdenes de aprehensión y procedimientos bien investigados, la presión social empujará al primer político a que asuma el caso como bandera o símbolo de impunidad.
Por ello, el gobernador Miguel Barbosa hizo desde ayer en la noche y hasta hoy miércoles una apuesta alta: “o me pruebas tus dichos o te voy a demandar por daño moral”.
En la misma posición están tratando de colocarse los políticos del PAN mencionados por Emilio Lozoya, como es el caso de Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro. Pero hay un elemento que le perjudica al empresario queretano: él desde 2014 fue señalado en medios de comunicación locales y nacionales como operador de la reforma energética en beneficio de distintos industriales.
El periodista Carlos Loret de Mola le evidenció constantemente en su columna, Historias de Reportero, y fue uno de los primeros en celebrar la aparición del video que vincula a su ex secretario particular con la recepción de pacas de dinero.
Hoy el gobernador de Querétaro le plantó cara a Andrés Manuel López Obrador asegurando que no tuvo nada que ver con la operación en la que aparece firmado su otrora particular desde hace más de 15 años.
Este distanciamiento es lógicamente falso. No es creíble que Francisco Domínguez no supiera lo que su particular hacía, cuando entonces formaba parte del Senado. El hombre que recibió las pacas de dinero es el hombre de confianza de Francisco, el secretario técnico de una comisión que el hoy gobernador presidía.
Santiago Nieto adelantó ayer martes que la investigación se hará a la ruta del dinero de los funcionarios captados en el video de marras. Así, aunque hoy el gobernador de Querétaro rechazó contundentemente cualquier participación en la recepción y operación del dinero captado en el video que incendió las redes sociales ayer, la investigación en la ruta del dinero le podría inculpar, pues son perfectamente observables los movimientos bancarios que hizo entre 2014 y 2016.
La dirigente estatal del PAN, Genoveva Huerta, celebra en sus redes sociales la actitud de Francisco Domínguez, pero condena al gobernador de Puebla. Su ataque es doble moralista y además infundado en términos de la ruta de investigación.
En el video se muestra directamente a un funcionario de confianza de Francisco Domínguez, quien a su vez empujó la reforma energética, que fue acusado por los medios entonces de actos de corrupción para lograr su cometido y hay evidencia de que el queretano operó para lograr esta reforma.
En el caso del gobernador Barbosa, solo hay un dicho y en los antecedentes de aquella legislatura él estaba lejos de los impulsores de la Reforma. No hay sustento en la versión.
Por eso escribo que el video de Lozoya es como una rotura en el billar, meterá muchos en la buchaca y a otros les dejará fortalecidos en sus posiciones. El gobernador Barbosa al denunciar por daño moral a Emilio Lozoya obliga a este a defenderse y, de perder el caso, quedará demostrada la mentira del exdirector de Pemex.
En el caso del PAN, Santiago Nieto solo tiene que indagar la manera en que se movieron las cuentas bancarias del hoy gobernador, cuando entonces era senador.