Mucho del resultado electoral de 2021 en Puebla depende del 27 de agosto, cuando el Consejo Nacional de Morena establezca la nueva dirigencia. Si se ratifica el método de elección que planea la dirigencia provisional, Bertha Luján se convertirá en presidenta nacional del partido marrón y entonces los perfiles locales apoyados en Puebla serán Claudia Rivera Vivanco y Rodrigo Abdala.
La decisión impactará incluso al Partido Acción Nacional, principal rival de Morena, pues la elección de Bertha Luján como nueva presidenta fragmentaría aún más a Morena en Puebla, dividiendo a este partido entre los incondicionales a la nueva dirigente y los que habrían tenido cercanía con Yeidckol Polevnsky, Ricardo Monreal e incluso Marcelo Ebrard -en Puebla son pocos. Ese escenario es el que espera el PAN para tener una contienda electoral mucho más tersa.
De acuerdo con la nueva convocatoria aprobada por el CEN, se prevé que los consejos distritales, así como los del exterior, inicien el 16 de agosto, y entre el 18 y 20 de este mes, los congresos y consejos estatales. La dirigencia nacional plantea que el Congreso Nacional Ordinario sea el 22 y 23 de agosto; la encuesta, 25 y 27 de agosto, y que el Consejo Nacional instale a la nueva dirigencia el 30 de agosto.
Es decir, el 27 de agosto, planean los simpatizantes de Luján -actualmente en la dirigencia provisional- establecerla como nueva presidenta. Morena se ha fragmentado de manera interna. Este miércoles, el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo, reconoció la fragmentación del gabinete del presidente, mientras que al interior del partido, la pugna entre Bertha Luján y Yeidckol Polevnsky ha llegado a tal grado que esta última ha sido denunciada legalmente.
Toledo aseguró hoy que la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador “como un conjunto claro y acabado de objetivos, no existe (...) Este gobierno de la 4T está lleno de contradicciones y esto se expresa, concretamente, en luchas de poder al interior del gabinete”, se le oye decir en un audio filtrado a medios hoy.
Pero si la fragmentación en el gabinete es grave, es peor entre los líderes políticos del movimiento. A finales de 2019, Morena se enfrascó en una batalla para renovar su dirigencia.
Cuatro figuras levantaron la mano: Bertha Luján, entonces presidenta del Consejo Nacional de Morena; Yeidckol Polevnsky, secretaria general y entonces dirigente; Mario Delgado, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, y Alejandro Rojas Díaz Durán, consejero nacional del partido.
Luján es cercana a López Obrador desde que él era jefe de gobierno de la Ciudad de México. Polevnsky llegó al partido invitada por el hoy presidente. Delgado es un político muy cercano al canciller Marcelo Ebrard. En tanto, Rojas Díaz Durán es el suplente de Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado.
Esa es la base del conflicto: líderes originales de un movimiento de izquierda que en la Ciudad de México concentraron su poder, pero que con la llegada de otros liderazgos provenientes de otros partidos -principalmente del PRI- han decidido tomar revancha. Con la fragmentación de Morena, aparecen las posibilidades de recuperación del poder por parte de la oposición, representada en Puebla por el PAN.
Aunque los morenistas confían en que el 6 de junio volverán a ser favorecidos con el voto gracias al trabajo del gobierno de López Obrador y de sus administraciones locales, los constantes conflictos en el partido amenazan con golpearlo y con hacer que pierda espacios ante la oposición.
En Puebla, dicha oposición es representada por el PAN, pero además también está fragmentada. Por un lado, está el bloque que ha integrado la dirigencia municipal de este partido, los simpatizantes y aliados de Eduardo Rivera Pérez, exmorenovallistas como los Riestra, y figuras panistas de años, como Ana Teresa Aranda. Por otro lado, está el grupo de Genoveva Huerta, Fernando Manzanilla, José Juan Espinosa y otros políticos procedentes de partidos distintos al PAN.
Hoy, los diputados locales y algunos federales pidieron que la elección de la nueva dirigencia nacional de Morena se hiciera por una encuesta abierta. Mediante una carta enviada al Comité Ejecutivo Nacional de Morena, solicitaron este método, pues la intención de los simpatizantes de Luján es utilizar un padrón a modo para que ella se mantenga como presidenta nacional.
El conflicto de Morena representa para Puebla la oportunidad de la oposición para retomar el control de la capital y las principales diputaciones, pero además justifica lo que en este espacio hemos escrito: la intención de Andrés Manuel López Obrador de apoyarse en un nuevo partido, menos conflictivo y más disciplinado: Fuerza Social por México.