Lo siento, Barbosa tiene toda la razón, amiguitos

Lo siento, Barbosa tiene toda la razón, amiguitos

Miguel Barbosa Huerta llega a su primer año de gobierno con algo que pocos pueden presumir: privilegiar la responsabilidad con la salud de sus gobernados, sobre la agenda política. El ala más conservadora del empresariado poblano -vinculada con grupos conservadores aliados al Yunque- le ha tratado de orillar a una decisión que científicamente habría costado vidas.

 

Puebla es una de las entidades con mayor número de contagios y fallecidos. Esta situación está relacionada con la ausencia de confinamiento que existe en colonias populares y juntas auxiliares. A la par, de la misma forma que en la Ciudad de México, la concentración social ha hecho que el virus se propague.

 

Estas circunstancias provocaron la explosión de contagios. Pero, en medio de esta situación caótica, grupos empresariales han insistido en una reapertura económica que en lugar de llevar a un dinamismo causaría la saturación de hospitales a causa de contagios graves.

 

El gobernador sabía de este escenario y tomó una decisión que pocos habrían previsto: ante la presión empresarial, otros mandatarios habrían aceptado una reapertura escalonada, pero Barbosa Huerta negó dicho permiso. Con ello, evitó un crecimiento de contagios que el sistema de salud poblano jamás habría soportado.

 

Y eso es gobernar. Tomar las decisiones que nadie más puede tomar. Más allá de la crítica que pueda recibir el mandatario por diversos rubros, en el caso del COVID ha tomado decisiones difíciles, pero correctas. A nadie le gusta ser ordenado por la autoridad respecto a su comportamiento social. Pero en este caso el comportamiento causa o acelera contagios. La restricción de actividades que conllevan estos comportamientos representa salvar vidas.

 

Y ahí aparece la disyuntiva del mandatario estatal. Para quedar bien con las Cámaras, Barbosa Huerta pudo escalonar el regreso de actividades, pero hoy la saturación en nosocomios sería una cruda realidad. Si con todo y el confinamiento persisten los contagios, ¿qué habría pasado si este se hubiera disparado? Los fallecidos serían el testimonio de una decisión errónea.

 

Pero la decisión de Barbosa fue correcta, muy a pesar de lo que empujan los empresarios. De hecho, el gobernador es de los pocos que ha mantenido el uso de cubrebocas como petición y testimonio. Ni siquiera Hugo López Gatell mantiene el protocolo. En la conferencia de medios del viernes se lo retiró.

 

Barbosa, sin embargo, ha usado el cubrebocas en cada rueda de prensa. Aunque sea criticado, ha mantenido fuerte su postura sobre el confinamiento y la ausencia de actividades económicas por el momento, pues el comportamiento social dispararía los contagios.

 

Claro que no le van a aplaudir los empresarios, pues ellos quieren reactivar cuanto antes sus negocios. Claro que no le van a aplaudir los ciudadanos que ya quieren regresar a las juergas que comienzan en jueves. Claro que no le van a aplaudir las familias hartas de la convivencia obligatoria en casa, pero Barbosa está salvando vidas. La afirmación es cierta, aunque le duela a la oposición.

 

Ponerse del lado de los empresarios para que reabran es ponerse del lado del contagio. Y con seis cepas de virus distintas, algunas más dañinas que otras, ¿cómo saber cuál te contagiará?

 

En la segunda cinta de la trilogía El Caballero de la Noche, Cristopher Nolan retrata a Batman no como un héroe, sino como el hombre que necesita Gotham. A él le persiguen, le critican, pero sabe que hace lo correcto por las vidas de los ciudadanos. Algo parecido está haciendo el gobernador: pocos le aplaudirán, pero es lo correcto: salvar vidas. "No es el héroe que queremos, pero es el que necesitamos en estos momentos", dice Gordon sobre las polémicas decisiones de Batman. Así con el gobernador.

 

Yo que he tenido a seres queridos contagiados y fallecidos agradezco esta postura. La herencia de salvar vidas es el logro del gobernador en su primer año de mandato.