Bañar a un labrador dorado puede resultar una misión difícil de cumplir no solo porque algunos suelen ponerse inquietos, sino también porque al salir de la bañera pueden mojar todo a su alrededor.
Sin embargo, duchar a este golden retriever es todo un placer y diversión.
En la grabación se puede ver cómo el can espera tranquilamente a que su dueño le pase el secador. Y para no aburrirse se pone a jugar con las ráfagas de viento caliente que salen del aparato.