70 millones de mexicanos no tienen recursos para permitirse la canasta básica

70 millones de mexicanos no tienen recursos para permitirse la canasta básica

Foto: Xinhua

A partir de las medidas de confinamiento para reducir la incidencia de contagios de COVID-19, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer que en mayo el ingreso laboral de la población mexicana disminuyó 6,2%, al pasar de 1.516,93 a 1.422,24 pesos (aproximadamente 65 dólares).

 

Este indicador implica que, durante el segundo mes de la contingencia sanitaria en México, la pobreza laboral se ubicó en 54,9%. Este dato señala al grupo de trabajadores cuyos ingresos son inferiores al costo de la canasta alimentaria, lo cual equivale a 69,6 millones de mexicanos que no tuvieron los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades alimentarias.

 

En las primeras semanas de la pandemia de COVID-19, el número de mexicanos en pobreza laboral aumentó en 24,4 millones, en comparación con los 45,2 millones de trabajadores en pobreza laboral registrados durante el primer trimestre de 2020.

 

El reporte de Coneval utilizó los datos presentados en las encuestas de empleo elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a partir de los cuales identificó que las afectaciones de la contingencia sanitaria fueron desiguales en el sector formal y el informal. La reducción del empleo en el primer rubro se redujo 13,7% entre el primer trimestre y mayo de 2020, mientras que en el sector informal disminuyó 27,2%.

 

A pesar del dato anterior, Coneval también resaltó que 27,4% de las personas que salieron de la pobreza laboral se ubicaron en el sector informal, al tiempo que 7,6% de este grupo forma parte de la economía formal.

 

Coneval informó que el porcentaje de la población en pobreza laboral se ubicó 35,7% durante el primer trimestre de 2020, gracias a un aumento nominal de 7,6% en el ingreso laboral, lo que a su vez se relacionó con un crecimiento de 18,1% en el salario mínimo.

 

En aquel momento, el indicador de pobreza laboral había alcanzado niveles similares a los registrados previo la crisis financiera de 2008-2009, durante la cual la proporción de personas que no pudieron adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral pasó de 32,9%, en el segundo trimestre de 2008, a 39,5%, en el tercer trimestre de 2009. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha elevado el indicador de pobreza laboral a niveles aún más altos que los registrados en ese momento.

 

Ante a la incertidumbre sobre la recuperación del mercado laboral, el Coneval hizo un llamado para focalizar la atención en los grupos más vulnerables, específicamente en los hogares cuyos miembros dependen del trabajo informal, los sectores de servicios y comercio.

 

Para ello, sugirió implementar medidas como la creación de un seguro de desempleo contributivo, la renta básica ciudadana o un piso mínimo solidario, los cuales dijo podrían brindarse a lo largo del periodo de la crisis económica derivada de la contingencia sanitaria.

 

Del mismo modo, pidió que se brinden apoyos fiscales a las empresas con el objeto de que mantengan o aumenten su planilla de trabajadores. Asimismo, propuso que el Gobierno entregue créditos que a las pequeñas y medianas empresas, para evitar más afectaciones al mercado laboral.

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