El viaje a Washington de hace unos días nos permitió ver otra cara del Presidente López Obrador. Escucharle con una lectura ágil, muy distinta a la usada en México.
Con un mensaje diferente, estilo y palabras muy cuidadas, no culpas, ni al pasado ni al presente.
Usó cubre bocas. Exigencia externa que tuvo que cumplir y que no se ha permitido hacerlo en México, ya no sólo con el buen propósito de asumirse como ejemplo, tan solo como protección personal y con ello, protección a los demás.
Exigencia externa lo fue también el practicarse la prueba para detectar el Covid-19, antes no había aceptado hacerlo. Cuando menos tenemos certeza por ahora de su estado de salud. ¡Qué bueno!
Esa misma actitud cuidadosa asumida para su encuentro con el presidente Trump queremos verla en nuestro país. Queremos que use cubre bocas para protegerse y proteger a los demás, queremos mensajes cuidados que no culpen, que asuman y demuestren su trabajo.
Una nueva actitud que permita detener esos inentendibles agravios dirigidos al sector de la población que representamos más de la mitad de la población de este país, que se están dando con los recortes presupuestales y por ende de muchos programas institucionales que sin duda han sido conquistas del movimiento amplio y plural de mujeres y que van encaminados a atender las múltiples problemáticas y brechas que todavía pesan sobre las mujeres.
Esa desatención que no puede provenir del hombre que ha abanderado en todas sus campañas políticas la causa de los pobres. Él no puede olvidarse que las mujeres somos dentro de los pobres del país, las más pobres; incluso, fue acuñado el concepto de feminización de la pobreza, la cual seguramente crecerá exponencialmente en la post pandemia.
Por eso requerimos en México de ese cambio de actitud que mostró ante el presidente Trump. Detener los recortes en el presupuesto y por ende de los programas institucionales que ha sido práctica recurrente en estos dos años de gobierno para: estancias infantiles, servicio de salud, refugios, atención al cáncer de mama, cérvico-uterino y de ovarios, retiro de programas de apoyo al campo, muchos de los programas de inclusión social, todos, dirigidos a mujeres, hasta llegar hace unos días al anuncio del recorte del 100% de recursos que otorga la federación a los estados de la República que tienen Alerta de Violencia en razón de género y por si fuera poco, al finalizar la semana anterior conocimos del recorte del 75% de recursos asignados al Instituto Nacional de las Mujeres de los cuales también una buena parte son asignados a las entidades federativa; a fin de regresar a las instituciones el recurso aprobado en el PEF2020.
¿Quién de los servidores públicos de su gabinete estará proponiéndole estos recortes, que sin duda alejan al Presidente López Obrador de cumplir sus compromisos adquiridos con los más pobres del país, como son las mujeres? No sólo eso, tan solo por conveniencia política han pensado que ¿lo están alejando de una base de votantes que representa más de la mitad en el listado nominal?
Porque ni modo que el Presidente no sepa sobre la situación real que viven las mujeres en el país que gobierna. No podría ser posible que no supiera por ejemplo que Puebla ocupa el tercer lugar nacional en violencia familiar, el quinto lugar en feminicidios y que la incidencia de este delito va en aumento, lo que justamente determinó la declaratoria de Alerta de Violencia contra Mujeres para cincuenta municipios. Que en materia de violencia política contra mujeres en razón de género, fue el estado de Puebla en el que más delitos de esta naturaleza se cometieron en el último proceso electoral. Que durante el resguardo domiciliario por la contingencia sanitaria las violencias contra mujeres se incrementaron exponencialmente.
No puede ser que el Presidente López Obrador no sepa que se están haciendo también recortes presupuestales a los recursos asignados a los 217 municipios que integran nuestra entidad federativa, incluidos ahí esos cincuenta municipios que tienen declarada Alerta de Violencia contra las mujeres. ¿Cómo entonces se pretende que los Ayuntamiento enfrenten la enorme problemática de violencias que hay en sus municipios contra las mujeres?
Inentendibles estas acciones del gobierno federal en contra de las mujeres y de los municipios que son la base de la organización jurídico-política en nuestro estado y en nuestro país.
Me pregunto: ¿Cómo estarán proyectando con todos estos recortes presupuestales las acciones para enfrentar las consecuencias post pandemia? Porque si consideramos las proyecciones que se están haciendo, en el México post-pandemia, habrá más 19.8 millones de personas en pobreza extrema y 60.7 millones de personas en pobreza de acuerdo con los cálculos de CEPAL, es decir 80.5 millones de personas en condiciones de pobreza o pobreza extrema. ¿Estarán calculando también las consecuencias a la salud, al empleo, a la inseguridad y las económicas post pandemia?
Estos severos recortes a programas e instituciones supongo los realizan bajo la base de esa tan nombrada “austeridad republicana”, que me parece no solo está mal entendida sino también mal instrumentada, como ya lo han comentado especialistas en la materia; porque de lo que se trata, hoy más que antes es de atender las emergencias presentes y futuras; porque no debemos olvidar que desde antes de la pandemia traíamos una caída considerable en la economía mexicana, incluso dicen los que saben una desaceleración económica que no se veía en México desde la década de los 30, ello impone el deber de impulsar las capacidades productivas, diseñando nuevas formas de intervención ante la crisis no solo de salud y de inseguridad, sino también de empleo y económica que ya se vive en México y ¿cómo se logrará con tantos recortes?
Todo va a requerir de acciones y programas bien diseñados, sostenidos por Instituciones fuertes, de ninguna manera será creando ahora también, crisis en las instituciones por los recortes presupuestales que vienen realizando.
Las mexicanas y las poblanas no queremos sentirnos estancadas y retrocediendo. Así nos sentimos ahora.
Queremos que el Presidente López Obrador asuma esa misma actitud de cambio que mostró ante el presidente Trump, a menos que esa otra cara, esa lectura ágil, ese cumplir las exigencias externas de uso del cubre bocas y de aplicarse la prueba del Covid-19, también haya sido producto de ese manejo brillante que tiene de hacer creer en sus discursos “al pueblo” -como él le llama- lo que quiere escuchar.
Ya se empieza a analizar que en Washington ambos mandatarios, tan parecidos, lo que hicieron en sus discursos fue entrar en el “terreno de la post verdad, en la que cada uno dijo lo que el otro quiso escuchar”
Palabra de Mujer Atlixco
@rgolmedo
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