Una vez más, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio cátedra de reparto de culpas y esta vez tocó el turno a PEMEX, paraestatal que parecía ser de las “consentidas” del mandatario y que ahora es señalada por el inquilino de Palacio Nacional.
López Obrador afirmó de manera irresponsable que el verdadero robo de combustible no lo llevan a cabo los huachicoleros, sino trabajadores corruptos de esta dependencia, quitando culpa a verdaderos delincuentes que han generado violencia extrema en algunos puntos del país.