En Oaxaca, se cocina el nuevo partido de AMLO

En Oaxaca, se cocina el nuevo partido de AMLO

La mañana de este jueves, el gobernador Miguel Barbosa le señalaba a su homólogo de Oaxaca que en su estado había una gran inversión de recursos federales que no había en Puebla. Ante este abandono de la Federación -que hoy se ve reflejado en la reducción de participaciones-, el mandatario poblano dijo que en agosto alcanzará inversiones privadas que dinamitarán la economía del estado.

 

Pero la pregunta obligatoria aparece en dicho foro. ¿Por qué el gobernador de Oaxaca siendo militante del PRI cuenta con más apoyo que otros mandatarios de Morena? La respuesta es sencilla: porque el padre de Murat y el empresario y líder sindical José Antonio Haces están construyendo un nuevo partido para el presidente de la república: Fuerza Social por México.

 

En efecto, ante la debacle de Morena, que está balcanizándose -término político alusivo a la Guerra de los Balcanes-, en el sureste del país, pretende instaurarse Fuerza Social por México como el partido consentido de López Obrador y que arreglaría problemas inherentes al Movimiento de Regeneración Nacional.

 

Aunque fue el instrumento para llegar al poder, Morena se estancó en el proceso de convertirse en un partido político y dejar de ser un movimiento. Las peleas internas, cada día más públicas, exhiben la corrupción del partido y son usadas para agresiones mediáticas que desgastan la imagen del emergente partido.

 

Alfonso Ramírez Cuéllar llegó a la presidencia interina de Morena mediante la negociación de varios grupos que se unieron con un mismo objetivo: desplazar a Yedickol  Polevnsky y heredar la estructura a Bertha Luján. En este nombramiento, el delegado del Gobierno Federal en Puebla, Rodrigo Abdala, tiene la esperanza de resurgir.

 

La denuncia penal en contra de Polevnsky por malversación de cientos de millones de pesos de Morena le invalida para competir por la dirigencia nacional y al otro competidor, el expriista Alejandro Rojas Díaz Durán, ya le fueron suspendidos sus derechos los próximos seis meses. Es decir, aplanaron el camino para el arribo de Bertha Luján.

 

De manera casi paralela, el senador Ricardo Monreal -padrino político de José Juan Espinosa- está ayudando en la creación de este partido, Fuerza Social por México. Aunque Pedro Haces Barba, líder sindical de la Confederación Autónoma de Trabajadores de México (Catem), es el titular de este nuevo instituto político, en la realidad el operador es otro poblano, el diputado local Gerardo Islas.

 

En febrero y con la ausencia de su principal impulsor, Pedro Haces Barba, Fuerza Social por México hizo su asamblea nacional constitutiva de cara a presentar su solicitud formal ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para convertirse en partido político.

 

En un acto público, a principios de año y al cual acudió el diputado Islas, Pedro Haces Barba arropó al presidente Andrés Manuel López Obrador y le ofreció lealtad a través de la Confederación Autónoma de Trabajadores de México (Catem); hoy su partido político le prometió ayudarle a cumplir la Cuarta Transformación.

 

Fuerza Social por México ha afiliado a más de 294,000 mexicanos y, a diferencia de otras organizaciones que llevan un año en el proceso, esta fuerza consiguió en unos meses superar los requisitos establecidos por la ley electoral. Ahora, debe presentar su solicitud de registro ante el INE y esperar el escrutinio de las afiliaciones en 26 estados del país.

 

Pero la Fuerza Social por México tiene una fuerza que solo conocen los iniciados: la del exgobernador de Oaxaca, José Murat, padre del actual mandatario. Por ello hoy, en el programa al que fue invitado el gobernador Miguel Barbosa dijo: “No puedo decir lo que ha presumido el gobernador Murat de inversión federal, lo felicito y lo envidio, no tengo eso en Puebla, no tengo una sola inversión federal”.

 

Y la razón es clara, López Obrador está apoyando a su aliado directo, el exgobernador de Oaxaca y al líder de la CATEM, Pedro Haces. La Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México es la confederación obrera más grande de México, en número de trabajadores. Son 1,176 sindicatos nacionales y 32 federaciones estatales.

 

En febrero, en la asamblea que reunió a figuras impensables -desde Laura Bozzo, el arzobispo Onésimo Cepeda, el dueño de La Vista Carlos Peralta y hasta el experredista Armando Ríos Piter-, el futuro presidente nacional de este partido, Gerardo Islas, dijo “Nacimos como una opción gracias al hartazgo social emanado de la vieja guardia política. La esperanza floreció en el 2018 y que tenemos la obligación todos los mexicanos de acompañarla”.

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