La familia de don Gonzalo no le quiere llevar al hospital. Saben que es COVID, pero el miedo de que se agrave su situación les empuja a mantenerlo en casa. Un día comienza a faltarle la respiración. Deja de saturar correctamente, una complicación grave que afecta todo el sistema, pues sin sangre oxigenada los órganos dejan de funcionar correctamente.
La hija mayor de don Gonzalo no puede más y les dice a sus hermanas, a sus primos y a los hermanos de su padre: “tenemos que llevarlo al hospital”. Pero ya no pueden, los hospitales de la metrópoli están llenos y tendrían que buscar en Teziutlán u otro nosocomio. Deciden seguir en casa y conseguir un tanque de oxígeno.
Don Gonzalo, afortunadamente, está ganando la batalla contra el Coronavirus. Pero muchos otros pacientes en Puebla, miles en México, ya no pueden acudir a hospitales porque se han saturado a causa de la pésima previsión del Gobierno Federal, al no considerar el explosivo crecimiento de los contagios.
La mayor parte de los esfuerzos médicos en la actualidad se han concentrado en la emergencia sanitaria ocasionada por la COVID-19 y mientras los fallecimientos por el nuevo coronavirus aumentan, también lo hacen las víctimas colaterales, aquellas que no recibieron atención en los hospitales públicos por otros asuntos.
De acuerdo con el último informe de la Secretaría de Salud con relación a la ocupación hospitalaria en el todo el país, de las 29,663 camas de hospitalización, 16,391 continúan disponibles, es decir, el 55%; sin embargo, personas con padecimientos distintos a la COVID-19 no han sido atendidos por saturación o temor a nuevos contagios.
Algunos ejemplos de esta situación fueron recabados por el portal Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. El caso de Carlos Fernando Vera, quien tuvo una complicación por la trombosis venosa profunda que padecía, fue consultado por Imagen Poblana en el sitio. Tras los problemas, lo trasladaron al Hospital General de Cuernavaca y luego al de General de Cuautla. En ambos sitios le negaron la atención.
Al final tuvo que regresar a su casa, lugar en el que murió por un paro respiratorio. Cabe mencionar que desde hace meses le habían advertido sobre su padecimiento e incluso le dijeron que era necesario operarlo de la pierna. En marzo, al notar complicaciones, él y su esposa decidieron acudir a su centro de salud, pero no los atendieron debido a la saturación de pacientes con coronavirus.
“Lo que preocupaba a los doctores es que iba a agarrar el COVID y me dijeron: ‘va a ser peor, porque si de esto (la infección) se está curando y le cae eso, de eso ya no va a sobrevivir”, narró la esposa al portal.
Una constante en las instituciones de salud públicas ha sido la postergación de cirugías y consultas con el fin de reducir los contagios, además de asegurar las camas para pacientes de coronavirus que las requieran. De hecho, en abril, el IMSS informó que se llevaría a cabo la reprogramación de estas en las unidades médicas con gran demanda.
No obstante, eso representa un duro golpe a las economías familiares, las cuales han tenido que recurrir a hospitales privados para poder atender los padecimientos de sus seres queridos. Mexicanos contra la Corrupción reportó el caso de una mujer de 78 años con insuficiencia renal, quien sería operada de la vesícula a finales de febrero en el Hospital de La Raza, pero a raíz de la pandemia este procedimiento se suspendió.
Desde entonces, su familia se ha visto en la necesidad de recurrir a instituciones privadas y ha gastado cerca de 100,000 pesos en estudios como biopsias y tomografías. Hasta el momento, no se le ha anunciado una nueva fecha para su operación en el IMSS.
Otro de los ejemplos más representativos durante la pandemia es el de los niños con cáncer, ya que si bien las autoridades sanitarias se comprometieron a regularizar el abastecimiento de medicamentos, los padres han denunciado que no ha sido así.
“Hacemos un fuerte llamado a los diferentes niveles del gobierno, encargados de la salud, para que de forma pronta y oportuna surtan los diferentes medicamentos oncológicos a los hospitales y nuestros niños puedan continuar con sus tratamientos para el cáncer. De lo contrario, se seguirá poniendo en riesgo la vida de nuestros menores”, protestaron a finales de junio.
La pérdida de empleos también ha representado un gran problema para las personas con enfermedades crónicas, las cuales son las más vulnerables frente al coronavirus, y al quedarse sin trabajo perdieron su afiliación ante el Seguro Social, por lo que en caso de necesitar atención médica su proceso se complicaría.
En una entrevista con The Washington Post, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, mencionó que entre marzo y mayo hubo tres veces más muertes que en otros años, tan solo en la Ciudad de México. En esos aumentos de la mortalidad, se incluía a personas con padecimientos, que no pudieron ser atendidas por causa de la saturación de las instituciones médicas.
Mientras la saturación de hospitales se agrava, el Gobierno Federal, responsable de toda la estrategia de salud en el país, trata de reivindicar al zar contra el coronavirus. En su conferencia, Andrés Manuel López Obrador infundió parte de su popularidad al subsecretario de Salud conminándolo con un grito tradicional de la izquierda: “Hugo, aguanta, el pueblo se levanta”. Y el subsecretario devolvió el gesto con una sonrisa.