Si la esperanza de México para regresar a la actividad económica boyante es la aparición de la vacuna contra el COVID-19, el Gobierno Federal está a nada de arrebatar tal sueño, pues ya no tiene ni tendrá recursos para el fármaco. Peor aún, a nivel internacional se advirtió hoy del riesgo de que los países del primer mundo adquieran la mayor cantidad de medicamentos, en detrimento de naciones emergentes y de menor potencial económico.
El panorama para México no es sencillo, pues la advertencia internacional es que tendrán prioridad los países donantes a la investigación para hallar la vacuna al Coronavirus COVID-19 por encima de otros. Peor aún, congelar el “precio a costo” de la vacuna no ha sido aún pactado.
El mes pasado se creó el Centro de Acceso Global para Vacunas Covi-19 (Covax), cuyo objetivo “es garantizar el acceso equitativo a las vacunas COVID-19 para todos los países, en todos los niveles de desarrollo, que deseen participar”.
Este centro limitará la actuación de la Alianza para la Vacunación, conocida popularmente como GAVI, que es una asociación internacional que tiene como objetivo mejorar el acceso a las vacunas en los países en desarrollo, especialmente para los niños.
Funcionarios de Oxfam, una confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales, advirtieron de este escenario: la iniciativa Covax permitirá que los países ricos acumulen las existencias del fármaco y dejarán menos dosis a disposición de los pobres.
Esta proyección de la forma en la que Covax favorecerá a los países del Primer Mundo fue advertida por Anna Marriott de Oxfam. En declaraciones con la agencia AP dijo: “Al darles a los países ricos este plan de respaldo, también obtienen su tajada de pastel y se lo comen (…) Pueden terminar comprando todo el suministro por adelantado, lo que limita lo que Gavi puede distribuir al resto del mundo”.
En otras palabras, los países que aporten a Covax tendrán “la oportunidad de beneficiarse de una cartera más amplia de vacunas contra el COVID-19” que los que no; México no está entre los países que donan.
Cabe aclarar que en esta ocasión, la atención a la compra de la vacuna sí está en los planes del gobierno mexicano. Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), explicó a CNN que están trabajando con la colaboración de investigación. “Nosotros estamos trabajando en todas las vías posibles a nivel multilateral, también estamos vinculados con países en relación bilateral y con farmacéuticas en lo particular”.
Pero, ¿por qué se está haciendo todo desde la Cancillería? La encargada de la tarea multilateral le dijo a CNN que la SRE hace la búsqueda “y cualquier hallazgo que encuentre o propuesta que se tenga disponible, lo transfiere a la autoridad de Salud y ella decide si compra o si no compra, si distribuye; la autoridad de Salud es la que ejecuta cualquiera de las estrategias que se tengan”.
El problema no está en la necesidad de investigadores que puedan ser enviados a colaborar a causa de la relación bilateral o en encontrar al país que halló primero la cura, sino en el presupuesto para comprar la vacuna una vez que esta haya sido aprobada por las instituciones internacionales de salud.
Si la vacuna estuviera lista este año, México tendría un grave problema para adquirirla a través de la Secretaría de Salud, pues en un análisis presupuestal rápido la conclusión evidente es que el gobierno federal ya no tiene partidas de dónde sufragar este enorme costo, a causa de las erróneas decisiones económicas que ha tomado el presidente.
De los 400,000 millones de pesos que dijo el presidente que se tenían guardados, no se sabe nada sobre su existencia y sí en cambio se conoce que el consumo se ha caído; el IVA se desplomó 36.5 % en comparación con 2019; el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a combustibles –que se había convertido en el pivote para sostener los ingresos tributarios no petroleros– cayó 26.9 %, mientras que los ingresos petroleros bajaron 65.3 %.
Se sabe que ya ingresaron a las arcas públicas 2,200 millones de dólares, producto de los cinco préstamos del Banco Mundial; sin embargo, el gobierno no ha dado información precisa, ya que mientras este organismo internacional informó que los recursos prestados se deberán destinar para paliar los efectos de la pandemia, el gobierno de López Obrador lo está destinando a otros programas.
El analista económico de El Financiero-Bloomberg Alejo Sánchez considera que los últimos cinco meses del año serán tormentosos para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en virtud de que no se tendrán los ingresos suficientes para cubrir el presupuesto por lo que resta del año.
Diversas instituciones públicas estiman que -tan solo para mayo- la caída de los ingresos presupuestados estará girando en 120,000 millones de pesos, y en junio serán más de 30,000 millones de pesos. Por lo tanto, hablamos de un déficit de casi 150,000 millones de pesos.
Sin dinero para comprar medicamentos, sin donaciones para ser los primeros en la lista una vez encontrada la vacuna, con más de 300,000 contagiados, la última esperanza del país, la aparición de la cura, se esfuma a causa de las dubitativas decisiones del actual Poder Ejecutivo.