Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la pandemia podría provocar la pérdida de 25 millones de empleos a nivel internacional y generar una deuda de casi 3,400 millones de dólares al final de 2020. Si bien, los estímulos fiscales y monetarios de gobiernos alrededor del mundo están sirviendo para enfrentar la crisis generada por COVID-19 y funcionan como un primer paso a fin de reactivar la economía, se necesitan iniciativas más concretas para rescatar a quienes más lo necesitan.
En los más recientes meses, el gobierno de España, a través del proyecto Ingreso Mínimo Vital (IMV), aprobó una prestación mensual que oscila entre los 462 a los mil euros, dependiendo el número de integrantes de cada familia. Con esta aportación, se pretende ayudar a más de 850,000 familias en el país con el propósito de prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social de aquellas personas que carecen de recursos económicos básicos para cubrir sus necesidades.
Asimismo, la iniciativa presentada por España se une a las demás instauradas por otros gobiernos en la Unión Europea. Países europeos como Portugal y Luxemburgo cuentan con leyes parecidas, las cuales subsidian a aquellas personas que no tienen un ingreso fijo durante la pandemia. La Comisión Europea presentó un fondo de ayuda que tendrá hasta 100 millones de euros a fin de asignar los recursos a favor de los países más afectados por la pandemia, comenzando por Italia para compensar la reducción de los salarios de quienes trabajan menos horas.
De la misma manera, en América Latina también se han puesto en marcha iniciativas con el fin de ayudar a las personas que no tienen por ahora un ingreso fijo durante el confinamiento obligatorio. Argentina diseñó un programa llamado Salario Universal, el cual asigna 17,000 pesos argentinos -equivalente a 240 dólares- a la fuerza laboral que no tiene garantizado un salario en plena crisis sanitaria. Con ese subsidio, el gobierno argentino pretende aplicar una "justicia redistributiva" y, al mismo tiempo generar una medida eficaz para resolver los problemas de pobreza e indigencia.
Por otra parte, en Brasil el gobierno de Jair Bolsonaro aceleró el programa Renta Básica, donde ayuda a los ciudadanos que están en pobreza extrema durante el brote de Covid-19 con pagos de efectivo de 600 reales -equivalente a 117 dólares-. La iniciativa fue aprobada por el Senado de Brasil en la última semana de abril de 2020.
Asimismo, el gobierno de México anunció en marzo de 2020 el apoyo para los adultos mayores y a los menores de edad inscritos en los respectivos programas gubernamentales, otorgando un adelanto de 4 meses -julio-agosto, septiembre-octubre- diferidos en pagos bimestrales de 2,550 pesos cada uno.
La situación que ha generado la pandemia provocada por la COVID-19 ha afectado a millones de personas alrededor del mundo, por esa razón los gobiernos de diferentes países han comenzado una lucha exhaustiva por crear iniciativas con la intención de beneficiar a la población más vulnerable.