Un día estaba en boca de todos tras su gran actuación en la Copa Argentina y ahora se está batiendo en el lodo y aplicando toda su pericia en la moto para hacer las entregas a tiempo, es la historia de Gustavo Fievet, portero del Deportivo Rincón, un equipo de la provincia de Argentina.
A sus 26 años, vivió su noche soñada el 18 de mayo del 2018 cuando la Copa Argentina le permitió a su equipo enfrentarse a Newell´s Old Boys, una de las escuadras más conocidas en su país y a nivel continental.
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Eran los treintaidosavos de final y en marcada desventaja por la calidad de los planteles, Fievet resaltó en ese encuentro por el número de atajadas que tuvo, a pesar de la derrota de su club por 2 a 0. En ese momento, fue resaltado y se convirtió en el portero sensación.
Sin embargo, dos años después ha sufrido las afectaciones económicas derivadas de la pandemia, por lo que, con la suspensión del futbol, se quedó sin ingresos y ha tenido que cambiar los guantes por una motocicleta y se puso a trabajar como repartidor.
“Tengo una motito y reparto en una caja. Llevo comida, artículos de limpieza, lo que venga. Cobro entre 50 y 100 pesos el mandado, pero acá me conocen todos, me llaman y el que puede, me da más. Arranco a la mañana hasta las 10 de la noche más o menos”, platicó en entrevista al medio LM Neuquen.
Lejos de los reflectores encima tras ese partido de ensueño, ahora el cancerbero se gana la vida en Rincón, su pueblo natal, desde donde afronta las inclemencias del tiempo, además de las malas condiciones de los caminos.
“Ando en una Hondita. Es muy duro, trato de abrigarme lo que más puedo, pero el viento helado te parte la cara, la piel. Y los riesgos están. De hecho, el otro día me caí feo y me lastimé el hombro derecho. Aparte acá en Rincón hay mucho barro y se complica en algunas zonas”, apuntó.
A pesar de todas las complicaciones, mantiene buen ánimo y confía en que pronto volverá a las canchas y se le abrirá una oportunidad en algún equipo importante de su país, pero mientras, piensa en subsistir.
“Lo que saco es para el día a día, para comer. No quiero bajonearme. Mi sueño es volver a jugar y recién tengo 26 años. He tirado currículum en otros lados así que a la espera de que salga algo mejor porque esto es riesgoso”, terminó.