Se le está acabando el piso a José Juan Espinosa.
Con rapidez se desmorona el suelo que le mantiene de pie, pero no por mucho tiempo.
El ataque a nivel nacional de los morenistas moderados y extremos contra Ricardo Monreal -su protector político- es más agresivo que nunca y puede dilapidar la confianza del presidente Andrés Manuel López Obrador con el zacatecano.
De esa confianza tiene oxígeno José Juan Espinosa, porque si Ricardo cae no podrá protegerlo contra la serie de acciones que le tiene preparadas los miles -sí, miles- de enemigos que se ha ganado con su particular forma de hacer política.
La Auditoría Superior del Estado aún lo tiene en sus manos, pues la cuenta pública de su último año de gobierno no ha sido aprobada.
Tiene observaciones por 18 millones de pesos.
Las declaraciones que ha hecho en medios de comunicación o que ha firmado como columnista le pueden perseguir bajo un proceso amparado por la Ley de Derecho de Réplica, donde interviene la autoridad judicial federal.
En lo político, la vuelta de espalda que le han dado algunos de sus operadores del pasado, como el propio Luis Alberto Arriaga, alcalde de San Pedro Cholula.
Las investigaciones que se hacen de su participación en operaciones electorales y que incluyen el desvío de recursos públicos.
Cada día José Juan Espinosa se hace de nuevos enemigos.
En la confrontación con Fernando Sánchez Sasia, el diputado de Tehuacán no se arredró y le evidenció: tú eres el oportunista, quien no tiene ideología ni partido y que cobra con las dos manos.
Los tentáculos de la corrupción del expriista, exconvergente y hoy petista, dice, llegan hasta Tehuacán.
José Juan no es un ciudadano libre, como se asume en sus estados de redes sociales, es un personaje que ha traicionado, menospreciado, atacado y negociado a conveniencia.
Pero, además, tampoco es un seguidor fiel del humanismo de Andrés Manuel López Obrador.
Es tan déspota, agresivo y misógino con quienes considera inferiores o enemigos de él, como zalamero de quieres le pueden ayudar.
El piso se cae a pedazos entorno a José Juan Espinosa.
Cuando venga la caída, se escuchará el aplauso de miles con un pensamiento claro: al fin tiene lo que merece.