Detiene Barbosa catástrofe por contagios de COVID-19

Detiene Barbosa catástrofe por contagios de COVID-19

Foto: Enfoque

A través de una estrategia de operación política y sanitaria, el gobernador Miguel Barbosa Huerta detuvo lo que pudo ser una catástrofe en cuanto a contagios del COVID-19 si este lunes hubieran abierto, aunque fuera de manera parcial o escalonada, los tres mil comercios de la ciudad de Puebla y zona metropolitana. De acuerdo con el tablero de incidencia semanal de la Secretaría de Salud, Puebla habría llegado a 27,081 nuevos contagios por la ruptura del confinamiento social en pleno semáforo rojo.

 

Este lunes, Puebla se enfrentó a una encrucijada: la reapertura de las actividades económicas en la capital y el estado. Desde el viernes, distintas cámaras y agrupaciones empresariales informaron que abrirían nuevamente con las medidas sanitarias procedentes de capacitaciones. Aunque la cifra de contagios ronda los 12,000, el semáforo sigue en rojo y la tendencia permanece al alza, los empresarios urgen la reapertura de actividades y este lunes muchos de los afiliados a los distintos organismos abrirían.

 

En ese contexto, el gobernador detuvo lo que podría haberse convertido en una catástrofe sanitaria. A través del secretario de Gobernación, David Méndez Márquez, y de la secretaria de Desarrollo Económico, Olivia Salomón, el mandatario operó para que los empresarios que estaban dispuestos a abrir aplazaran la fecha e incluso -en el caso de la Cámara Nacional de Comercio- evitó que se interpusieran amparos contra los decretos establecidos.

 

 

El dato certero que corrobora que las medidas de distanciamiento y restricción de consumo está dando resultados es el de la cantidad de contagios por cada 100,000 habitantes. En la semana 25 -la más alta en cuanto a virulencia- los contagios eran de 439 por cada 100,000; para la semana 26, la cifra se redujo a 290. Aunque este número de 290 por cada 100,000 poblanos todavía se considera alarmante y mantiene el estado en fase roja, el dato revela una disminución en la probabilidad de contagio causada por el confinamiento.

 

Si este lunes los restaurantes, bares, plazas y otros comercios que permanecen cerrados hubieran abierto, causarían que el número de contagios regresara a 480 por cada 100,000 personas, para el lunes 13 de julio el número de contagios habría llegado a 6,918 solo en la capital y a 27,081 contagios en todo el estado.

 

Imagen Poblana establece esta fecha basándose en la nueva tasa presentada por Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del Gobierno Federal, que agrupa la incidencia por número de semanas desde el primer caso.

 

Además, la fecha coincide con la probabilidad de que los nuevos contagiados muestren síntomas. Según los distintos diagnósticos médicos, un paciente puede presentar síntomas entre dos o 14 días, aunque el tiempo promedio es de cinco a siete días, justamente una semana.

 

Si los empresarios del sector servicios hubieran abierto sus negocios este lunes, la catástrofe sanitaria habría sido enorme. Partiendo de la cifra de 27,081 contagios, el sistema médico de Puebla habría colapsado. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud Federal, hay una ocupación en Puebla de 62 % en camas sin ventilador, 52 % en las camas con ventilador y la disponibilidad en camas de terapia intensiva es de 48 %. La explosión de contagios que fue detenida por el Gobierno del Estado previno una sobreocupación.

 

La operación del gobernador ocurrió en dos pistas. El secretario de Gobernación, David Méndez, sostuvo llamadas con distintos líderes empresariales y al final del domingo hubo un acuerdo de no hacer aperturas, como ya lo tenían contemplado. No obstante, el Consejo Coordinador Empresarial envío un duro comunicado en el que exigió la coordinación para ya facilitar una fecha de reapertura, además de mesas de trabajo para establecer los protocolos sanitarios necesarios entre autoridades y privados.

 

Pese a la dureza del comunicado, el objetivo fue cumplido: los comercios no abrieron. Por su lado, Olivia Salomón dialogó con algunos representantes de cámaras cercanos a ella para mandar un mensaje de ejemplo. La Cámara Nacional de la Industria de la Construcción reconoció mantenerse tanto en distanciamiento social como acatar las disposiciones del Gobierno del Estado, para programar una apertura futura.

 

El domingo, el gobernador operó con sus secretarios al punto de que incluso la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CANACO) desistió de los amparos que presentarían sus afiliados contra los decretos gubernamentales. Marco Antonio Prósperi, presidente de este organismo, incluso reconoció su disposición a trabajar con la autoridad. Él dio la cifra de aproximadamente 3,000 comercios abrirían este lunes.

 

El domingo por la noche, también, López Gatell cargó por segunda ocasión consecutiva la responsabilidad del combate a la enfermedad en los Gobiernos estatales. Dijo que las medidas sanitarias son competencia suya. Diversos análisis coinciden en que este deslinde del gobierno federal debió advertirse como parte de la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador para no asumir la culpa de la fallida estrategia nacional de salud. No obstante, en Puebla, una explosión de contagios que habría ocurrido en “el lunes del destino” fue detenida por Barbosa Huerta y sus secretarios.

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