Diego Cabrera Rojas, administrador de la Clínica 55 del IMSS, está contagiado de COVID-19 y, en violación de los protocolos del propio instituto, mantiene el contacto con al menos 200 trabajadores y derechohabientes de esta clínica ubicada en de las colonias con más contagios en el estado: Amalucan.
Tras mostrar síntomas, fiebre y tos, al funcionario se le aplicó un examen hace 20 días al que dio positivo. Aunque el instituto lo mandó a convalecer a su casa, el personaje vacacionó en Acapulco para después regresar a la clínica sin haber superado el virus. Hoy, pese al evidente foco de contagio que representa, se rehúsa a dejar la clínica, pues dice que no será discriminado por su enfermedad.
El director general de la clínica, Guillermo Hernández Guzmán, ha recibido las quejas de los trabajadores agremiados, pero las ha desestimado incluso cuando estas quejas tienen que ver también con el desempeño de Cabrera Rojas.
El administrativo de la clínica no solo ha puesto en riesgo al personal a través del contagio directo, sino que ha causado que no haya abastecimiento de alcohol y cubrebocas en la clínica. Los trabajadores están enfrentando los contagios sin el equipo que debió gestionar para su suministro el funcionario.
Tras ser exhibido en su viaje a Acapulco, cuando debió convalecer, Diego Cabrera bajó las imágenes de sus redes sociales, pero no dejó de compartir imágenes alusivas al trabajo del director general del IMSS, Zoé Robledo, sobre quien pesan acusaciones de malversación de fondos para favorecer a empresas del hijo de Manuel Bartlett Díaz.
Diego Cabrera presume de manera constante en la clínica sus relaciones políticas y negocios. En particular, debido a que fue síndico del municipio de Petlalcingo, presume las relaciones familiares con el actual alcalde y la entrega, en distintos momentos, de tinacos en dicho municipio. También destaca sus vínculos con el municipio de Libres y Oriental.
Estas relaciones con gobiernos priistas, asegura en los corrillos de la clínica, le mantienen contratado desde hace año y medio. Su pareja, quien también trabaja en la clínica, tampoco ha sido enviada a cuarentena por la supuesta protección con la que cuenta el funcionario.
De acuerdo con información oficial de la estadística del Seguro Social, la clínica 55 es la más conflictiva del IMSS en cuanto a quejas de personal y derechohabientes. El director general, Guillermo Hernández, no actúa debidamente y como los escándalos que en dicha clínica han ocurrido no han causado su remoción, ha ignorado este último, el del foco de contagio de COVID.
En un video hecho llegar a la redacción de Imagen Poblana puede observase cómo los trabajadores le cuestionan respecto a su enfermedad y a su negativa a retirarse del lugar. Irónicamente, aunque en las imágenes puede ver como la clínica está siendo satirizada, el foco de contagio que representa el funcionario sigue laborando sin ninguna sanción o confinamiento.