Todo estaba allí. Hasta que a él se le ocurrió, como es su afanosa costumbre, buscar el lado distractor de la crisis, hacerse el personaje protagónico principal, salir a dar besos y abrazos a provincia, seguir ensayando su histerismo que raya en la peligrosa enfermedad que todos pronuncian, antes que enfrentar la realidad.
Se le ocurrió el BOA, un libelo intragable, en el que todos los actores sociales, los políticos, los partidos, las universidades, los medios y los organismos autónomos vigilantes electorales, suman esfuerzos, según él, para defenestrarlo del poder. Pronto se supo hasta en que escritorio se había redactado ese mamotreto: uno de la Secretaría de Gobernación.
Pasó a ser el documento infame del Bloque Opositor Amplio, el único documento testimonial de simple importancia que el régimen de la Cuarta Decepción le hubiera encargado redactar a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Dávila. Si no fuera por el pasquín de referencia, pasaría en cero a la historia de esta infamia.
Desconfianza, nacida del miedo feroz a perder sus preeminencias
Después de dar a conocer el triste documento, siguió el Caudillo con otras ocurrencias. No sólo empinó, con sus truculencias a la infidelidad supuesta de los consejeros del INE y los magistrados del TRIFE, sino desde una mañanera en Tlaxcala prejuzgó a los quince gobernadores de los estados que estarán en juego, a cometer un fraude anticipado.
Para ello volvió a insinuar el mamotreto que sacaron por sus órdenes hace unos días consistente en establecer las normas inapelables a que debían someterse todas las elecciones en México, dependiente, desde luego, de alguna oficina bajo sus más estrictas órdenes, sometida a su arbitrio.
La desconfianza total. Nacida del miedo feroz del Caudillo a perder sus preeminencias. Anda realmente asustado y ansioso de demostrarle a tirios y troyanos que a él lo quieren en todos lados. Aunque vea en cada grupo de suplicantes que se quieren acercar a la camioneta blindada a pedirle un favor de gobierno, un grupo conspirador, un compló.
Hasta 2022 se recuperarán los niveles que se tenían antes de la pandemia
Refuta las críticas del dirigente panista por haber llamado dádivas a los empleos que, según el Caudillo, se crean a través del programa de siembra de arbolitos. El programa Sembrando Vida, que así le llama, es para él más productivo que todas las inversiones y ganancias de Ford Motor Company en todo el mundo.
Y mientras se sigue construyendo a gran prisa el bunker que la soldadesca, para no variar, le está terminando al interior del Palacio Nacional, porque según los constructores, el miedo no anda en burro. Cuando ya no tiene más argumentos que expectorar en las “mañaneras”, alerta sobre el incremento de la actividad del Popocatépetl.
Él sabe que de acuerdo con todos los sondeos, se estima que en el mejor de los casos será hasta el año 2022 cuando se recupere el nivel de decrecimiento y desempleo que se tenía desde antes de la pandemia. Esto es un estoconazo para sus ambiciones, y hasta para sus planes, pues le impide ofrecerse cómo bastón de Trump en sus afanes reeleccionistas.
Para que a nadie lo secuestren, ¿lo mejor es tener una sociedad pobre?
En algunos sectores de la industria y los servicios, lo que responden los directivos cuando se les pregunta cuándo consideran que se recuperará el nivel de empleo previo a la pandemia, la respuesta es ¡nunca! El sigue sosteniendo que para que a nadie lo secuestren, lo mejor es tener una sociedad pobre.
Por lo anterior ya está siendo considerado para integrar la terna, él obviamente a la cabeza, del peor presidente mexicano de todos los tiempos. Se dice fácil, pero no lo es tanto superar a Santa Anna, Huerta y demás fauna política. Puede competir también, si se quiere, a nivel latinoamericano.
Un hombre sin atributos, absolutamente deslegitimado, recorre el país con guiones dizque pensados para distraer. Política para la manipulación, pero ni a eso llega, porque los escribanos son sólo tlacuilos de ignorantes.
Vale la pena quitarle el bastón de mando, darle un manotazo popular
Para colmo, son gente que no conoce y menos tiene pueblo, ni pizca de sensibilidad política necesaria para una temporada de crisis, descrédito y destrucción.
Repiten la necesidad de una parafernalia retórica sin sentido, de frases huecas que ya no calientan ni el café, aseguran que el Caudillo tiende a seguir creciendo en las encuestas encargadas, porque es el más preparado y el idóneo para sacar a México de la postración, cuando fue él el que la provocó.
Y todo mundo sabe que prepara una elección de Estado. Cada uno tendrá que cruzar su propio Rubicón, encima de sus propias monturas, contra todas las advertencias, contra todas las formas posibles de engaño, fraude y represión a mansalva. Pero aun así, vale mucho la pena quitarle el bastón de mando, darle una patada estruendosa.
Quiere ser reelecto para continuar en el rumbo de la miseria ancestral
Por lo visto, el único que ya no podrá cruzar al otro lado es el Caudillo.
El que quiere ser reelecto para continuar en el rumbo de la miseria ancestral.
¿Se dejará el pueblo de México?
¿Usted qué cree?