La Policía ha desmantelado en Madrid un "telecoca", una organización que distribuía cocaína por todo Madrid y que contaba con un call center para atender a sus más de 2.000 ciudadanos. "Hasta el momento no se había encontrado una organización tan sofisticada en este tipo de delito de tráfico de drogas", declaró el inspector jefe del grupo operativo de investigación en un programa de televisión.
La organización disponía de una auténtica estructura empresarial en cuanto a los repartos de tareas en la organización, regalos de fidelización a los clientes, compromisos en cuanto a plazos de entrega, garantías de calidad y precintos específicos. El negocio ilegal giraba en torno a un call center donde se encargaban de recibir los pedidos de las dosis de cocaína a través de centralitas telefónicas y de coordinar el resto de la estructura criminal.
Una vez recibido el pedido, contactaban con alguno de los 25 repartidores distribuidos en las ochos zonas estratégicas. La droga se entregaba en el interior de supermercados próximos a los domicilios de los clientes durante el confinamiento por el estado de alarma y tenían establecido un compromiso de entrega de la sustancia en menos de 20 minutos.
Se movían en motocicletas financiadas por la organización, aunque también alquilaban bicicletas o lo hacían en transporte público para pasar desapercibidos. Entre ellos se denominaban como los "camellos premium".
La investigación comenzó en febrero del año pasado, pero durante el confinamiento hicieron un parón de dos semanas para adaptarse y buscar los lugares más idóneos para realizar sus gestiones sin ser detectados, momento clave para la investigación, que acabó con 28 detenidos. También se realizaron 21 registros domiciliarios simultáneos en los que se han intervenido más de 85.000 euros y casi cuatro kilos de cocaína. En la operación, una de las mayores realizadas hasta la fecha contra esta modalidad delictiva, han participado más de 250 agentes.