La investigación de la Fiscalía General de la República contra la Cooperativa Cruz Azul por la presunta compra de jugadores para la Máquina Celeste a sobrecosto, representa solo la punta del iceberg de las prácticas fuera de la ley que se estarían llevando a cabo en el futbol mexicano.
El tema del Cruz Azul no es nuevo en la Liga MX, pues en innumerables ocasiones se han dado casos de compras de jugadores a precios muy elevados y que terminan siendo una completa decepción, pues su calidad dista mucho de su precio.
Ejemplos hay muchos no solo en el Cruz Azul; sin embargo, esto se debe al nulo control fiscal que se tiene en México al momento de llevar a cabo contrataciones, principalmente de jugadores del extranjero.
Una de las tácticas marrulleras preferidas de algunos directivos de la Liga MX son los dobles contratos. Sí, al igual que en varias empresas, los jugadores firman dobles documentos y con esto se logran dar evasiones fiscales.
Por poner un ejemplo, si un jugador es adquirido a un costo de 300,000 pesos, el equipo reporta que costó 600,000, con lo que se logran evadir otros 300,000 pesos que muchas veces se reparten entre el directivo y el promotor.
De la misma manera, a las autoridades se reporta que el jugador gana, por decir algo, 10,000 pesos mensuales, cuando en realidad solo está ganando 7,000, sueldo acordado desde un principio en su contrato.
Es por esto que México se ha convertido en el paraíso de jugadores de medio pelo que llegan con etiqueta de “cracks” debido al alto costo de su carta, cuando es una realidad que su calidad no da para mucho.
Todo indica que este es uno de los tantos vicios difíciles de erradicar en el futbol mexicano, que tiene de todo, menos “juego limpio”.